
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Su magia ha conseguido dejar sin palabras a la locuaz Esther Vaquero y hasta le ha sacado un enorme gesto de asombro al inexpresivo Vicente del Bosque. Ha fascinado a Enrique San Francisco, Fernando Romay, Antoñito Molina, José Antonio Sayagués… La lista es amplia.
Los vídeos del salmantino Fernando García practicando el ilusionismo junto a rostros famosos circulan por internet y alimentan su sueño de poder vivir de la magia, pero afirma que ese reto puede llegar a ser más complejo que el de hacer desaparecer la Estatua de la Libertad :«No vivo de la magia. La compagino profesionalmente con mi otro trabajo, pero nunca he perdido la ilusión de que algún día lo consiga», reconoce.
Dicen que las posibilidades de llegar a ser un futbolista de Primera División son de apenas un 0,15%. Las de convertirse en un mago profesional en España deben ser, incluso, inferiores. «Durante un tiempo intenté ser exclusivamente mago. Me quise dar esa oportunidad, pero es muy difícil:muy discontinuo. Si tienes planes de estabilidad como comprar una casa, tener una familia… Es complicado», explica Fernando García.
La llamada de la magia le llegó tarde al ilusionista: «Casi todas las personas que se dedican a la magia empiezan muy jóvenes. Unos se quedan por el camino y otros pocos acaban dedicándose a la magia. Lo mío llegó a los 26 años».
Fernando García ha causado gran sensación entre todos los rostros populares con los que ha grabado vídeos realizando juegos de magia. Reconoce que a corto plazo desea «mirar en el mundo del toreo y grabar algo representativo de nuestra tierra». Si pudiera elegir cualquier personaje famoso del país al que sorprender con su magia lo tiene claro: «Me gustaría hacer magia para Ion Aramendi. Para que salga un buen vídeo necesitas que la otra persona reaccione a la magia. Creo que Ion Aramendi es carismático, natural, transmite diversión y sinceridad y tiene vínculos con Salamanca».
Todo comenzó con una visita de sus padres cuando él era estudiante en Madrid: «Decidimos ir a pasar el día a un conocido centro comercial. Había un mago en mitad de un pasillo haciendo los mismos cinco juegos continuamente. Estuvimos como media hora viéndole y cuando nos íbamos mi padre me dijo que me iba a comprar el pack de juegos. Le respondí que para qué quería yo eso y me dijo: Tú no te has visto la cara que tenías viéndolo».
A partir de ese momento de fascinación llegaron los libros, las academias, las tiendas de magia… Fernando estudió este 'arte' en la Escuela Houdini, de Madrid, y defiende que «aunque en la magia puedes ser autodidacta si te haces con buen material, donde realmente creces es con el contacto con otros magos porque te resuelven dudas, te explican los secretos en directo…». Estudio por un lado y ensayo por el otro. Muchas horas de ensayo. «Esto es como tocar el piano. Hay que dedicarle horas. Es innegociable. Luego la diferencia la marca el poseer una habilidad especial. Alguien con ese don puede tardar tres meses en dominar algo que a ti puede llevar un año», defiende.
La magia cuesta esfuerzo... y dinero
Uno de los aspectos que el público desconoce es que la magia es costosa, en todos los sentidos: el esfuerzo personal y el económico. «Un día escuché que los magos somos como niños, pero con juguetes caros», señala García. Detrás de un juego aparentemente simple puede haber objetos que son tremendamente caros. «Al fin y al cabo estás comprando un secreto y eso cuesta», matiza.
Se puede tener una buena formación, un material costoso, tiempo para ensayar y, aún así, no llegar a la profesionalidad. ¿Por qué unos magos triunfan y otros no?
«Magos hay muchísimos. Nos reunimos todos los años en un congreso nacional y podemos juntarnos mil. Se puede vivir de la magia, pero ser un referente es otra historia», opina Fernando García, que cita una cualidad -nueva- indispensable: «La labor comercial es importante. Hay muchos magos que se quedan en sus rutinas y juegos, pero no se les da bien ese aspecto comercial y al final no les conocen. He visto realmente habilidosos y con gran conocimiento de la magia, pero que no llegan a transmitir. Eso es un gran problema». En este sentido, el Mago Pop se ha convertido en un fuera de serie mundial. «Lo que ha hecho en pocos años es increíble», asegura.
Fernando García cree que la televisión fue el punto de inflexión del mago Antonio Díaz: «Él ya fue premiado en un Campeonato de España de magia porque es muy bueno, pero tuvo ese respaldo de que contaran con él un canal de televisión como DMAX. A partir de eso se hizo muy conocido y ahora es un nivel máximo».
El prestidigitador salmantino promete que seguirá peleando por ese golpe de suerte que recompense el esfuerzo, pero en su travesía hacia Itaca ya disfruta cada segundo del camino. «En el fondo me adentré en este mundo porque lo que me gusta es generar emociones positivas en la gente y la magia me ayuda a crear esas emociones. Por eso le estoy agradecido a esta profesión:porque me hace sentir feliz».
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