Lupita Nyong'o, heroína a su pesar en la precuela de 'Un lugar tranquilo'

Es probablemente la mejor saga de terror de esta década. En 2018, Un lugar tranquilo se convirtió en un clásico contemporáneo gracias a su manejo de la puesta en escena, la tensión y el silencio, la parquedad de sus diálogos, su tono humano, su diseño sonoro (que aspiró al Oscar) y su atención al detalle. Un par de años más tarde, la secuela igualaba el listón, de nuevo dirigida por el actor John Krasinski, Jim en la serie The Office. Ahora, la precuela se olvida de la familia de Emily Blunt y su granja y narra el origen de todo. Del exterminio de la humanidad. Una Nueva York apocalíptica asiste a la invasión de unos extraterrestres ciegos, que se guían por su oído hipersensible. Un lugar tranquilo: Día Uno se estrena ya en Van Dyck Tormes. La protagonizan dos estrellas como Lupita Nyong'o (conocida por Nosotros, de Jordan Peele, y 12 años de esclavitud, con la que ganó la estatuilla a mejor actriz secundaria) y Joseph Quinn, el carismático heavy Eddie de la serie Stranger Things. Eso sí: siguen teniendo prohibido hacer un solo ruido.

Para ser sinceros, no se esperaba mucho de este tercer capítulo de la franquicia. En esta época abundan las continuaciones poco originales, el cine prefabricado. Pero la crítica se ha llevado una sorpresa. Y probablemente se deba al cambio de protagonistas. Los personajes de Nyong'o y Quinn son dos seres vulnerables, que ya antes de la llegada de los alienígenas vivían aterrados, cargados de pánico y ansiedad. Así, estos héroes improbables no solo harán frente a los depredadores, sino también a sus propios traumas y miedos. Por otro lado, se agradece que la acción se traslade del entorno rural a la gran metrópoli, donde cobra aún más sentido el recurso del fuera de campo. Lo que no vemos, la amenaza, es lo que genera angustia en el espectador. Detrás de la cámara ya no se encuentra Krasinski, que ha cedido el testigo (también del guión) a Michael Sarnoski, autor de la brillante Pig, con Nicholas Cage. A él le debemos un buen puñado de set pieces memorables de acción y terror, que recuerdan a La guerra de los mundos o a Hijos de los hombres, de Cuarón, que el propio realizador ha citado como referencia.

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