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Viernes, 10 de abril 2020, 19:12
Experto en Derecho Internacional Público en la Universidad de Salamanca, Luis Norberto González analiza la polémica surgida por las declaraciones del ministro de Finanzas de Holanda y la contundente respuesta de Portugal.
–El coronavirus ha puesto sobre la mesa las diferencias existentes en la ... UE ¿no?
–Bueno, ha habido respuestas más o menos contundentes por las instituciones europeas. Por ejemplo, el Banco Central Europeo tomó una decisión bastante rápida, que es lo que más nos interesa a nosotros a corto plazo, que es la garantía de que nuestra prima de riesgo seguirá siendo baja y poder así seguir financiándonos en los mercados internacionales a tipos bajos. También la Comisión ha adoptado medidas importantes como activar la excepción general del impacto de estabilidad y crecimiento, de forma que los límites clásicos del control del déficit y de la deuda, de momento, están en suspenso, sin embargo, es cierto que la intervención del Consejo Europeo puso de manifiesto diferencias importantes entre los estados miembros, no tanto sobre la situación actual, sino sobre cómo se va a abordar después la financiación de la reconstrucción.
–¿Es un duro golpe para Europa?
–Por supuesto. En estos momentos es cuando la UE tiene que demostrar también que está ahí para proteger a los ciudadanos. Una de las novedades que introdujo la presidenta de la Comisión Europea fue crear una dirección general destinada a proteger el modo de vida europeo porque al inicio de la legislatura, antes del coronavirus, se percibía ya que a los europeos nos preocupaba mucho que se proteja nuestro modo de entender el mundo, nuestra organización. Así que es un desafío enorme para Europa el que en estos momentos la UE haga percibir a los ciudadanos que está ahí para protegernos y, en estas circunstancias tan excepcionales, garantizar nuestro modo de vida, por eso hay tanta preocupación, porque esto puede generar descrédito para la UE. De todas formas creo que es importante distinguir entre las iniciativas que se están tomando dentro por parte de distintas instituciones europeas, las iniciativas que son respuesta inmediata a la crisis sanitaria, en la que la UE tiene una capacidad de actuación muy limitada, y lo que va a ser el medio y el largo plazo, donde la capacidad de actuación de la UE va a ser mucho mayor.
–A primera vista llama la atención la descoordinación de los países miembros, cada uno actúa por un lado ante una crisis común.
–Sí, pero esto nos está pasando en España. Si miramos cuál es la situación entre el Gobierno de España y las comunidades autónomas se reproduce lo mismo y en Europa es todavía mucho más complicado porque la UE no es un estado, no tiene esa capacidad de intervención o de declarar un estado de alarma, sino que somos 27 países muy distintos y, aunque a todos nos está afectando, no lo está haciendo de la misma manera. La UE tiene capacidad de llamar la atención, de intentar coordinar en la medida en la que los Estados miembros se dejen, pero la capacidad de respuesta en términos sanitarios es exclusivamente nacional, aunque es indudable que los ciudadanos cuando tenemos que hacer frente a un desafío como este, que nos desborda, pensamos que debería haber más Europa.
–También se ha puesto de manifiesto la gran dependencia que tenemos de China.
–Nos llevamos abasteciendo desde hace años de China, que es la gran fábrica del mundo porque allí lo hacen todo mucho más barato y rápido. China es ya en términos de importación de productos es el principal proveedor, pero no solo de la UE, también de Estados Unidos. La dependencia es total, aunque también es cierto que en España tenemos capacidad para, como estamos viendo, readaptar la producción y abastecernos de algunos materiales.
–¿Y el tema de los llamados coronabonos?
–Es una de las cuestiones que en los últimos días ha generado más preocupación en la opinión pública por las lamentables declaraciones del ministro holandés. Se habla de coronabonos, pero son eurobonos. Es un paso más allá para emitir deuda conjuntamente, de forma que nos beneficiáramos de tipos más bajos gracias a la situación económica de los países del norte, habría así una comunitarización del riesgo que supone emitir deuda y captar financiación exterior en momentos que hay mucha incertidumbre, sin embargo, es algo que para los países del norte es un anatema, no solo para los gobiernos, sino para la opinión pública general y en estos países hay un riesgo enorme de que los partidos más radicales sigan ascendiendo. Es verdad que sería un paso muy importante, pero la posibilidad de financiarnos en el futuro a tipos de interés bajos, sin que nos penalicen en los mercados internacionales, se podría suplir también con el mecanismo de estabilidad, lo que ocurre es que está asociado a los rescates durante la crisis financiera y se imponía una condicionalidad muy distinta. Obviamente eso no sería aceptable en estos momentos, porque hablamos de una crisis sanitaria. Así que se está planteando la posibilidad de recurrir al mecanismo de estabilidad, pero sin esa condicionalidad. En todo caso, hay que lanzar un mensaje claro de que habrá solidaridad en la UE.
–La respuesta de Portugal ha sido digna de elogio.
–Sí, el primer ministro portugués no se mordió la lengua. Sin duda, las declaraciones del ministro de Finanzas holandés fueron inadmisibles, no se puede decir algo así y menos en la situación que estamos en España o en Italia, y el primer ministro portugués tuvo una reacción muy visceral, pero que era lo que merecía el holandés.
–Nos defendió más que nuestro presidente.
–Bueno, en los Consejos Europeos hay que buscar el consenso. Se llegó a ese Consejo Europeo con una especie de coalición de países que apostaban por propuestas más ambiciosas, en el que estaba Francia y España, pero se encontraron con una respuesta contundente por parte de Alemania y de Holanda. Esto es lo más llamativo por el tema de la solidaridad, pero las medidas que pueda tomar el Consejo Europeo son más a medio plazo, tienen que ver con la situación económica a la que nos vamos a enfrentar una vez superemos lo más grave de la crisis sanitaria. Lo importante ahora ha sido la intervención del Banco Central Europeo y también algunas de las respuestas por parte de la Comisión.
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