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Domingo, 11 de octubre 2020, 23:10
El impacto en puestos de trabajo por la pandemia muestra un claro efecto negativo en la mayoría de sectores, aunque hay tres que han salido especialmente damnificados. Se trata de la educación privada, seguido por la hostelería, una de las actividades más golpeadas por las restricciones para controlar los contagios. La industria manufacturera también ha salido perjudicada por el descenso del consumo. En el lado contrario, el de los ganadores, se encuentra la sanidad y la administración pública, lo que refuerza aún más la importancia de este sector para mantener la economía salmantina.
La comparación en la afiliación entre febrero y septiembre muestra notables cambios en la estructura del mercado laboral salmantino. El ámbito educativo cerró el mes pasado con 7.719 trabajadores de media, una cifra que supera en 300 a los que había en septiembre de 2019. Sin embargo, en comparación con febrero, la caída ha sido importante, de 1.163 cotizantes. A pesar de que la contratación de la Junta para colegios e institutos ha aumentado para garantizar desdobles y la distancia de seguridad entre alumnos, el sector privado lleva meses viviendo al borde del abismo. Su actividad se ha reducido al mínimo y, en el caso de las academias de español, clave en la ciudad, es casi inexistente.
La hostelería también ha perdido un gran volumen de empleo, casi el 10% de lo habitual. El consumo ha caído en muchos establecimientos y las limitaciones de aforo y de horario frenan las contrataciones y propician despidos. De los más de 10.000 afiliados que había en febrero, se ha pasado a solo 9.323, un descenso de 767 personas. La industria manufacturera también se ha resentido. Las ventas en algunos sectores han caído y las exportaciones de determinados productos han salido perjudicadas, ya que la demanda extranjera ha disminuido. Una confluencia de factores que conlleva un descenso de 666 afiliados.
El menor movimiento de personas y especialmente la caída del turismo, tanto extranjero como nacional, ha tenido como consecuencia que las actividades de ocio y artísticas ofrezcan menos oportunidades de empleo. La media en septiembre fue de 1.546 trabajadores dados de alta, 461 menos que en febrero, un descenso que supera el 20%. La caída del consumo también ha afectado al comercio, con 223 trabajadores menos. El futuro de este sector es quizá uno de los que más preocupa, junto con la hostelería, ya que da trabajo a 19.200 salmantinos, por lo que el cierre de tiendas si la situación no mejora tendría un gran impacto en el mercado laboral de la provincia.
Afortunadamente, no todo ha sido pérdida de empleo. Algunos sectores han creado puestos de trabajo. Además de la educación de carácter público —aunque en los datos globales no se aprecie por el desplome del sector privado—, la administración pública también ha incrementado su plantilla respecto a febrero, propiciada por las diferentes medidas que ha tenido que poner en marcha por la pandemia. En septiembre cerró con 431 afiliados más que antes de la aparición del coronavirus, para un total de 7.225 trabajadores. La sanidad, con un gran componente público, ha sido el que más efectivos ha incorporado en los últimos meses. Ha superado la barrera de los 16.000 afiliados en septiembre, en concreto ha llegado a los 16.164, lo que supone un incremento de 894 personas respecto a febrero.
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