Los talleres para llevar una vida tranquila y más segura sobre ruedas

En Francia. A principios de julio. Cuando más calor hacía. Gabriel Lucas, profesor de instituto y con una gran experiencia en el ciclismo -teniendo en cuenta que lleva pedaleando más de 40 años-, socio en el Club Cicloexcursionista Amigos de la Bici y profesor del taller que se impartió en la tarde de ayer en el Espacio Joven sobre mantenimiento de bicicletas, decidió ponerse sobre ruedas y emprender una aventura de 1.200 kilómetros en cuatro días, de la que no se esperaba que todos los conocimientos que enseña a sus ‘alumnos’ ciclistas le pudiesen servir de algo.

Fue a falta de 370 kilómetros y ya de noche cuando, sin tiendas o talleres de reparación abiertos, se le rompió el cable del cambio. No tenía repuesto y tuvo que innovar con una brida que, afortunadamente, le permitió seguir hacia adelante, aunque haciendo un alto en el camino. Su experiencia y la compañía de la que disfrutó en la ruta fueron los alicientes que necesitó para terminar aquel recorrido, que siempre pone de ejemplo para argumentar la importancia de la clase que dio ayer con motivo de la Semana de la Movilidad, celebrada con un amplio programa de actividades en los últimos días en Salamanca y a la que asistieron 13 personas -ocho, en el primer turno, celebrado a las 18:00 y cinco, en el segundo, llevado a cabo a las 19:00-.

“El objetivo del curso es que la gente monte más en bici y que no le tenga miedo a salir solo por la posibilidad de sufrir algún contratiempo como un pinchazo. Quiero que la gente que venga aprenda a sobrevivir en situaciones de emergencia y sin un taller de por medio”, aseguró Gabriel Lucas ayer en una entrevista concedida a LA GACETA justo antes de que se celebrase la que ha sido la segunda edición de este taller en los últimos dos años.

A él, acudieron ciclistas experimentados como Bernabé Martín, que, desde que llegó a Salamanca hace 12 años, no ha dejado de pedalear pese a que sufriera un accidente en una glorieta, cuando le arrolló un coche. “He venido a este taller porque quiero ser autónomo cuando salga solo con mi bici, que es casi siempre porque es el único medio de transporte que utilizo para todo. La uso hasta para ir al trabajo”, aseguró Bernabé Martín antes de volver a vivir el taller en el que ya participó hace justo un año, recalcando la importancia que tiene el llevar siempre una cadena de repuesto y un par de parches por si alguna de las ruedas se pincha dos veces.

En la misma línea, habló María José Carpio, ciclista desde que le quitó los ruedines a su bici en el pueblo. Desde que se calló por un terraplén y se le estropeó el sillín, este taller le resulta más útil. “En este tipo de clases, aprendes a utilizar bien tu bicicleta y, además, a prevenir situaciones de emergencia. Es una buena iniciativa porque, en él, se fomenta el uso tan necesario de la bicicleta”, recalcó antes de aplicar los consejos dados por Gabriel Lucas en el taller.

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