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Domingo, 26 de diciembre 2021, 14:33
La capital salmantina volvió en 2020 a la senda de los descensos tras dos años en los que había recuperado población. La pandemia tuvo la culpa y por dos causas. Por un lado incrementó los fallecimientos, fenómeno que no se compensó con más nacimientos, sino todo lo contrario. Y segundo porque el coronavirus influyó en la decisión de compra de una vivienda en muchas familias.
El confinamiento decretado durante el primer estado de alarma llevó a que más personas que residían en Salamanca buscaran una casa más espaciosa y con la posibilidad de estar al aire libre, entre otras cosas por si volvía a decretarse otro confinamiento domiciliario. En la mayoría de los casos acabaron decantándose por chalés, un tipo de vivienda con una reducida oferta en la ciudad, pero con una mayor disponibilidad en localidades del alfoz. De ahí que si Salamanca registró una bajada de habitantes de 1.326 personas en comparación con un año antes, localidades como Villamayor, Villares de la Reina o Carbajosa de la Sagrada sumaran más de un centenar de empadronados.
Esta tendencia también benefició a Aldeatejada, Castellanos de Moriscos, Carrascal de Barregas, Terradillos o Doñinos de Salamanca, que aumentaron el número de vecinos. En total hubo 136 municipios en los que creció la cifra de habitantes, aunque la mayoría de incrementos fueron mínimos, de una o dos personas.
Los descensos de población estuvieron liderados por Salamanca, que se queda con 143.269, la cifra más baja de las últimas tres décadas. Le siguen Béjar, con 290 habitantes menos —para un total de 12.269, cuando en la década de los 90 contaba con más de 16.000— y Ciudad Rodrigo, que pierde 196 y que está a punto de situarse por debajo de los 12.000 —cerró 2020 con 12.065—.
Santa Marta también se vio perjudicada por la pandemia al perder 84 empadronados, cuando se trata de una localidad que en años anteriores había experimentado incrementos, al igual que Guijuelo, que se deja 66. La situación de Peñaranda, Vitigudino y Aldeadávila de la Ribera, sin embargo, confirma la tendencia que arrastran desde hace décadas.
En cuanto a los municipios de menos de 100 habitantes, Salamanca ya cuenta con 83, casi uno de cada cuatro de los que tiene. Cilleros de la Bastida es el más pequeño con únicamente 21 empadronados.
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