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Viernes, 5 de agosto 2022, 12:46
Las asociaciones de comerciantes han sido las primeras en dar la voz de alarma ante la “oscuridad” que irrumpirá con el apagón de los escaparates en todas las vías públicas y su repercusión tanto en el turismo como en la seguridad ciudadana.
No han ... sido los únicos. Desde los sindicatos policiales también se alerta del peligro que puede existir en el caso de que desaparezcan las luces comerciales. “Sin entrar en el transfondo político de la norma, la seguridad ciudadana se va a ver afectada segura. Al retirar la luz de los escaparates junto a otros tipos de iluminación afectadas se crea el ecosistema perfecto para que se multipliquen los actos vandálicos”, explica Gabriel Román, secretario general provincial de la Confederación Española de Policía (CEP). En este sentido, recuerda que la ecuación siempre se cumple: “A menos luz, más inseguridad y facilidad para delinquir”.
Aunque en ningún momento se haya valorado apagar las farolas o la iluminación pública, recuerda que los escaparates suponen un complemento y un refuerzo en aquellas vías que tienen poca luminosidad. De hecho, señala que las estadísticas oficiales de delincuencia que salgan después de noviembre de 2023 reflejarán el aumento de los delitos.
“Va a afectar sin ningún tipo de duda. Algunos defensores de la medida ponen el ejemplo del confinamiento en que también estaban apagados los comercios, pero con la principal diferencia de que la gente estaba confinada en casa”, subraya el portavoz del sindicato policial.
Sobre esta cuestión recuerda que la iluminación nocturna tiene un efecto “mucho más allá del decorativo” y reflexiona sobre la importancia de la luz para proporcionar seguridad a los ciudadanos.
El alcalde de la ciudad, Carlos García Carbayo, defendió la implantación de medidas que ya ha tomado el Ayuntamiento para reducir el consumo tanto en el alumbrado público, la reducción de una hora de la iluminación artística o el consumo en los propios edificios municipales. “Ahora alguien se le ocurre quitarse la corbata y es el momento de hacer las cosas, pero hay que hacerlas antes y pensarlo. Son medidas muy improvisadas y no se han dialogado.
Afectan a los ayuntamientos, comerciantes y empresarios y hay que hablarlo con ellos. ¿Por qué tienen tanto miedo a hablar”. En el mismo sentido, insistió en la defensa de la iluminación de la Plaza Mayor y puso el ejemplo de la pandemia: “Estuvo encendida porque ayudaba a que la moral estuviera alta”.
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