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Ventura Rebollero en su obrador de la Calzada de Medina. M.H.
Los panaderos, cada vez más ‘quemados’: “La situación es muy jorobada”

Los panaderos, cada vez más ‘quemados’: “La situación es muy jorobada”

La subida de hasta el 70% del precio de la harina pone en jaque al sector

Domingo, 30 de octubre 2022, 13:38

Los panaderos piden auxilio. El precio de la materia prima y los costes de producción se han disparado y “por dignidad” no pueden repercutir ese dinero en el precio de la barra, un producto de primera necesidad.

Según explican desde este gremio, el precio del kilo de harina se ha incrementado entre un 50 y un 70 por ciento, el del gasóleo un 115% y la luz sigue por las nubes. Con este panorama, la rentabilidad en los obradores es mínima y más después de que hayan decidido no subir los precios al consumidor, en buena medida también por la fuerte demanda que hay, tal y como indica el presidente de la asociación provincial de panaderías, Joaquín Marcos, que vaticina un panorama especialmente complicado para aquellos artesanos que hacen el pan y lo reparten en las zonas rurales.

Joaquín Marcos cree que es necesario que el Gobierno vuelva a recuperar la tarifa nocturna de la luz para intentar abaratar el coste del pan. El presidente de los panaderos salmantinos aún así no es partidario de las huelgas ni de las manifestaciones que se han convocado: “Han mantenido reuniones en Castilla y León y allí es donde se ha tomado la decisión para nuestra asociación”.

Uno de los panaderos que más reparten en la capital es Ventura Rebollero, que señala que el consumo de pan ha caído desde el inicio de la pandemia un 20 por ciento. “La situación es muy jorobada y no se atisba una solución a corto plazo. Nadie hace nada por nosotros, la luz ya sabemos todos como está y el precio de la harina cada día sube”.

Rebollero tampoco es partidario de parones: “¿De qué sirve que yo pare las máquinas un cuarto de hora a las 5 de la madrugada si luego tengo que seguir adelante con mi trabajo?”, se preguntaba resignado este artesano al que apenas quedan dos años para jubilarse.

Explica que ya no es rentable salir a repartir el pan a los pueblos. Con el ascenso de los carburantes “no se puede salir a vender veinte barras, ganar 16 euros y gastarse seis en gasóleo”.

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