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La Unidad de Ensayos Clínicos del Hospital de Salamanca sigue contribuyendo de forma directa a la creación de nuevos tratamientos frente al mieloma múltiple. La reconocida hematóloga e investigadora del IBSAL, María Victoria Mateos ha publicado los resultados de dos importantes ensayos clínicos frente al mieloma en la revista New England Journal of Medicine y los datos son muy esperanzadores.
Se trata de dos estudios de fase 1-2 sobre el uso de anticuerpos monoclonales biespecíficos para tratar a pacientes con mieloma en los que han fallado todos los tratamientos previos y a apenas tienen ya alternativas de terapéuticas.
La doctora Mateos explica que la particularidad de estos anticuerpos monoclonales biespecíficos es que “tienen un mecanismo de acción diferente” y detalla: “Van dirigidos a la célula plasmática, pero a la vez también enganchan a la célula del linfocito T para llevarlos hacia el tumor. Cuando se produce la unión, esos linfocitos T se activan y destruyen la célula plasmática”.
En realidad se trata de un procedimiento muy parecido al de las terapias CAR-T “pero sin necesidad de hacer manipulación genética de los linfocitos T. Simplemente redireccionando al sistema inmune para que pueda atacar al tumor”.
El primero de los fármacos ensayados en Salamanca actúa contra un antígeno (BCMA) que se expresa de manera específica en las células plasmáticas y se ha empleado en pacientes que ya habían recibido una media de cinco o seis tratamientos.
El segundo fármaco -talquetamab- va contra otro antígeno llamado GPRC5D, que “también es un marcador presente en la superficie de las células plasmáticas” y en el ensayo también se han incluido a pacientes en recaída, que incluso habían sido tratados anteriormente con el primero de los anticuerpos ensayados o con CAR-T.
“Las tasas de respuesta están en torno al 60% o 70% y la duración de la respuesta es de, aproximadamente, un año”, pero el objetivo de estos productos no es el de aportar un año de vida a los enfermos, sino el de alcanzar la curación. “Ahora hablamos de uno o dos años de respuesta porque son pacientes con la enfermedad en fases muy avanzadas. La posibilidad de curar vendrá cuando usemos estos productos como primera línea de tratamiento y, además, en combinación con otros”, explica María Victoria Mateos.
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