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Domingo, 12 de marzo 2023, 22:10
Los oftalmólogos aprovechan la celebración del Día Mundial del Glaucoma -12 de marzo- para recordar a la población la importancia de someterse a revisiones oftalmológicas de forma periódica porque esta es una enfermedad que no avisa: no existen señales de alarma salvo la de padecer ya una ceguera que ya es irreversible. “El glaucoma se denomina la ceguera silenciosa. El paciente no sabe que tiene glaucoma si no se hace revisiones periódicas. El glaucoma es crónico, pero es indoloro”, advierte la especialista en glaucoma del Hospital de Salamanca, Isabel Jiménez Franco.
¿Hasta qué punto las personas que ya tienen un glaucoma en desarrollo no lo saben? Pues en torno a la mitad de ellos -o más- lo desconocen.
Cuanto antes se detecte, antes se podrán iniciar tratamientos que eviten que el problema vaya a más, pero son pocos los casos -los más agudos- en los que el propio paciente pueden darse cuenta de que algo ha empezado a ir mal en sus ojos.
La enfermedad suele dañar el extremo exterior de la visión y se desarrolla lentamente hacia el interior, por lo que “si no hay controles oftalmológicos periódicos, probablemente el paciente no note ningún síntoma hasta que el glaucoma ya afecte seriamente a la visión”, aclara.
Salamanca es, además, una provincia con zonas especialmente castigadas por este problema. Desde el Hospital de Salamanca se indica que “la sierra es una zona endémica de glaucoma pseudoexfoliativo”: un tipo de glaucoma de origen genético -de ahí que exista mayor incidencia en áreas con tradición endogámica, donde conviven las familias con miembros afectados.
El cálculo cifra en más de 6.000 el número de persona afectadas por un glaucoma en Salamanca, pero el porcentaje de población es especialmente alarmante en esas zonas de la Sierra.
El glaucoma es la principal causa de ceguera en el mundo, y pese a la investigación, se trata de una ceguera irreversible. “De momento solo podemos actuar sobre la presión intraocular. Se desconoce mucho todavía sobre la causa de los glaucomas y actualmente, solo una detección precoz por parte del oftalmólogo puede ayudar a retrasar la progresión de la enfermedad”, reitera la doctora Jiménez.
Los últimos tratamientos puestos en práctica -que solo aspiran a frenar la progresión- se basan en la cirugía precoz. “Gracias a los avances de la cirugía mínimamente invasiva y mínimamente penetrante” se están empleando “dispositivos de tratamiento médico intraocular”, detallan.
En lo que respecta al Hospital de Salamanca, los tratamientos más empleados son los drenajes -para reducir la presión del ojo- como la trabeculoplastia láser o las trebeculectomías.
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