La Gaceta
Martes, 25 de marzo 2025, 11:25
La figura del Marqués Enrique de Villena, que estudiaba en la Universidad y sería con el tiempo afamado brujo, ha dado de qué hablar durante siglos en Salamanca, hasta tal punto que en el mundo de las leyendas y de los mitos sigue muy presente.
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El escritor Juan Carlos López Medina en su último libro 'Historias y Leyendas de Salamanca' narra varias leyendas salmantinas y cómo la figura Marqués Enrique de Villena sigue muy presente en el imaginario salmantino.
A continuación, el pasaje en el que Juan Carlos López Medina describe qué sucede con el hombre de la capa negra.
«La leyenda del Marqués de Villena se entrelaza con la del hombre de la capa negra. Según las historias, tras su huida de la cueva, el marqués comenzó a vagar por las calles de Salamanca bajo el amparo de una capa negra y un sombrero, como si tratara de ocultar su identidad y su conexión con las artes oscuras.
Algunos relatos sugieren que este hombre vestido de negro era, de hecho, el marqués de Villena, condenado a caminar eternamente por la ciudad debido a su pacto con el diablo. Otras versiones indican que se trataba de una proyección de su ser, ya que, al haber dejado su sombra en la cueva, estaba condenado a vagar sin descanso.
Los habitantes de Salamanca evitaban las calles solitarias de noche, pues el hombre de la capa negra aparecía y desaparecía misteriosamente, siempre en-vuelto en un aura de temor y superstición. Quienes lo veían decían que el aire se tomaba frío y que un escalofrío recorría sus espaldas.
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La leyenda del marqués de Villena y el hombre de la capa negra sigue siendo parte de la rica tradición oral de Salamanca. Según la leyenda, si durante un paseo nocturno por las calles antiguas de Salamanca te cruzas con un hombre que carece de sombra, habrás encontrado al mismísimo marqués de Villena. Ese encuentro, cargado de misterio y superstición, te dejaría marcado con una maldición peculiar: estarías obligado a compartir la historia con todos tus amigos y conocidos. De lo contrario, la sombra que el marqués dejó atrás en la Cueva de Salamanca se despegaría de él para perseguirte a ti de manera implacable por el resto de tus días.
Así que, si alguna vez te encuentras con un hombre sin sombra en las callejuelas de Salamanca, no olvides relatar la leyenda. O podrías descubrir que algunas sombras nunca descansan».
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