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El Consejo de Ministros dio este martes luz verde al proyecto de ley de prevención del consumo de bebidas alcohólicas y de sus efectos en los menores de edad que persigue reducir el consumo entre los más jóvenes.
Entre otras medidas, la norma introduce la prohibición de la venta de alcohol a todas las personas que se encuentren en centros deportivos, de ocio o espacios públicos durante sesiones planteadas específicamente para el disfrute de los menores de edad. Los clubes salmantinos que cuentan con bares en los campos de fútbol responden ante esta realidad. Muchos de ellos confirman que ya cumplen esta norma.
Fernando Díaz, coordinador del CD Hergar, asegura que «en los clubes ya se está haciendo». No obstante, hace especial hincapié en una realidad: el descenso en el consumo de alcohol en menores pasa más por la educación que por la prevención. «Las leyes secas no son la solución y atrae más lo prohibido que lo natural. Es más importante educar a los chicos en hábitos de vida saludables y concienciarles sobre los problemas del alcohol. Si el objetivo es disminuir el consumo, sería más efectivo apostar por la educación que por la prevención», manifiesta.
El coordinador del CDM Pizarrales, Fernando Paulino, que explota su propia cafetería, no cree en la efectividad real de esta medida. «Aunque está prohibido el consumo de alcohol en centros deportivos, no se vendían alcoholes fuertes pero se servían algunas cervezas», asegura Fernando Paulino. Junto a ello, recuerda la influencia que tienen los progenitores en el consumo de sus hijos. «De nada sirve que un niño no vea a su padre tomar alcohol en el bar de un campo de fútbol, si luego se va al local del barrio y se bebe una cerveza o una copa. Si se prohíbe, que se haga en todos los aspectos. Los que tienen que educar a sus hijos son los padres», manifiesta.
Sin embargo, esta restricción no afectará a los bares de titularidad municipal que se encuentran ubicados en las piscinas municipales de Salamanca, ya que se consideran zonas recreativas y se regirán por la regulación existente por la que podrán servir alcohol a mayores de edad.
Las tiendas de golosinas y quioscos también se verán afectados con la nueva ley. Según la norma, los establecimientos dedicados mayoritariamente a la venta de productos para personas menores de edad», no podrán vender bebidas alcohólicas ni exhibirlas en el escaparate o en el interior. «Vendo a matrimonios que vienen a comprar el pan y se llevan la cervecita para comer», reconoce Alberto Sánchez, el dueño de un quiosco del barrio Garrido. «Ya tenemos una ley que regula la venta de alcohol con la que podíamos vender a los mayores de dieciocho años. La prohibición es algo muy negativo para los negocios de barrio, ya que al final la gente va a dejar de venir a comprarnos y se van a ir al supermercado. Cada día nos lo ponen más difícil», asegura.
Lo mismo ocurre en el quiosco de José Manuel Carrasco. Rodeado por tres colegios, no podrá volver a vender alcohol con esta ley, que tendrá que pasar ahora por Congreso y Senado. «Es una medida que me parece inútil, ya que todo el mundo sabe donde compran los menores alcohol en el Campus. Esto es otro escalón más que nos ponen», reconoce.
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