La legendaria aldea con una de las únicas cartujas que quedan en España y que está a un paso de Salamanca

Castilla y León posee infinitas posibilidades a la hora de visitarla. Una región repleta de rincones mágicos, pueblos llenos de encanto y un extensísimo y bello patrimonio natural y cultural. De hecho, es probable que muchas de las personas que viven en la zona no conozcan ciertos lugares que quedan muy próximos.

Los fines de semana y festivos son un gran momento para conocer en profundidad los secretos que alberga el lugar en el que vives. Adentrarte en todos sus secretos y descubrir la historia que ha llegado hasta nuestros días. Los cierto es que cada vez son más quienes apuestan por el medio rural y, lejos de acudir a las grandes urbes, prefieren perderse por rinconcitos con mucho encanto.

Sin marcharnos muy lejos, Valladolid ofrece muchas de las cosas que los ciudadanos están buscando. Cerca de Salamanca encontramos una provincia en la que visitar pueblos adornados por almendros -en plena época de flor-, tierras de vinos, campos infinitos de lavanda o recorrer sus monumentos más significativos.

En esta tierra, las aldeas no son excesivamente frecuentes, pero alguna que otra que hay no deja indiferente a absolutamente nadie por los tesoros que albergan. Una de ellas es Aniago, que pertenece al término municipal de Villanueva de Duero. Se ubica en la zona centra de la Cuenca del Duero, a unos 30 kilómetros de la capital.

Lo cierto es que esta aldea nunca ha tenido una población muy amplia. Y se utilizaba más a modo de 'caserío' anejo a Villanueva de Duero. Hasta el 2024 vivían algunas personas en él, pero en 2015 ya informó de que era un lugar despoblado de habitantes que encierra las ruinas del pasado. Sin embargo, sigue teniendo cierta actividad en sus parcelas donde se pueden ver sembrados cereales y otros productos.

Sin embargo, pese a que todo esto ya es llamativo de por sí, no es lo que más destaca de esta aldea vallisoletana. En España quedan muy pocas cartujas y aquí se encuentra una de ellas, la conocida como Cartuja de Aniago. Un lugar que hoy en día está abandonado y del que se pueden apreciar las ruinas de lo que un día fue un monasterio de la orden religiosa de los cartujos.

Esta cartuja se levantó en el año 1440 y estaba protegida con un gran muro. Además de las construcciones que formaban el complejo, contaba con varias bodegas y la propia casa que tenían en Villanueva de Duero, lugar donde vivía el vicario.

En el año 1808, los monjes tuvieron que abandonar este lugar por la Guerra de la Independencia. Los franceses ocuparon la ubicación como cuartel para los ejércitos y los cartujos no pudieron regresar hasta 1820. Pocos años más tarde, en 1835 con la Desamortización de Mendizábal se produjo el abandono de este emblemático lugar.

Esta situación llevo a que, a día de hoy, sólo queden en pie algunas paredes o símbolos. Una de las zonas más visibles que perdura es la espadaña, de 22 metros, que sigue manteniendo el equilibrio desafiando al paso de los siglos. Pertenece a una iglesia de estilo gótico y planta cuadrada, que aún mantiene escayolas y motivos decorativos.

Lo cierto es que quienes han tenido la oportunidad de conocer el pasado de este emblemático lugar o viven en la zona, no quieren que la Cartuja de Aniago caiga en el olvido, por lo que se pretende dar una nueva vida a lo que hoy son ruinas. Por ello, hoy existe la Asociación de Amigos de Aniago, que tiene como objetivo recuperar este Patrimonio de Castilla y León.

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