El legado de Francisco de Solís y Montenegro

Salamanca se convierte de nuevo en el escenario de un apasionante viaje en el tiempo gracias al programa «Las Llaves de la Ciudad». Una serie de visitas teatralizadas que no solo revelan algunos de los misterios ocultos de la historia de la ciudad, sino que además permiten a sus ciudadanos la oportunidad de acceder a espacios normalmente cerrados al público.

En una de ellas, y bajo el nombre de «Una historia donde la educación cambió el destino», Roberto García Encinas, actor y guía de la visita, desveló detalle del antiguo colegio de niños huérfanos de la Purísima. Destacó lo emocionante de combinar el mundo del teatro con la historia de la ciudad, consiguiendo así, una forma diferente de conectar con la gente. «Es una forma de enseñar entreteniendo, de acercar a la gente más joven al patrimonio que tenemos», compartió el actor.

Desde su comienzo en el claustro de la facultad de Educación, esta visita invita a recorrer los espacios menos conocidos del antiguo colegio. Destacan tanto la arquitectura renacentista del siglo XVI, de la que goza Salamanca, como la vida del ilustre Francisco de Solís y Montenegro, fundador del edificio.

Entre las paradas más destacadas de la visita, se encuentran la fachada del aulario Álvarez Manzano al que se hace especial mención o la parte superior del claustro. Otros de los elementos más señalados son los vítores, a los que se les da una gran importancia, y la entrada principal al edificio, por su portada plateresca sencilla, en la que se presenta a la virgen de la Purísima.

La educación fue fundamental para el protagonista. Para él representó «un poder transformador». Impuso normas como la prohibición del uso de sombreros o la exclusión de futuros médicos, algo que sorprende al espectador.

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