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Domingo, 27 de noviembre 2022, 12:31
Las flores colgantes ya lucen en los barrios de la ciudad después de que el éxito de las instaladas en las calles Toro y Zamora animara a la concejalía de Medio Ambiente a extenderlas hacia los ensanches de la capital del Tormes. Así, el área encabezada por Myriam Rodríguez ya ha colocado flores ornamentales en las farolas del bulevar de la avenida de París, en la zona de la plaza del Mercado, en la calle Obispo Jarrín, en la plaza de Gabriel y Galán y en la de Monterrey.
Lucirá esta decoración natural también la calle San Pablo, en concreto en la plaza de Colón, las plazas de las Angustias, del Empresario y la plaza España, la calle Prior (entre Íscar Peyra y Bordadores), calle Gütemberg, Federico Anaya, el entorno del Victoria Adrados, el paseo del Rollo y el parque de los Gozos y las Sombras, en la avenida de Los Cipreses.
En total serán 150 farolas las que se adornarán con maceteros y flores de temporada, contando con las 24 que ya había en las calles Toro y Zamora, así como las 9 de la plaza del Campillo.
“Todo lo que hay en el centro debe llegar a los barrios. Hay que intentar llenar de vida los parques y las calles. Las flores, por su importancia estética, también juegan un papel fundamental en el bienestar”, explica Myriam Rodríguez.
El sistema que se instala es sencillo y no muy costoso. Se trata de poner pedestales en las farolas sobre los que después se instalan los maceteros en altura. En cuanto al coste del riego, lo asume la empresa concesionaria, que hidrata las plantas a través de regaderas telescópicas. Sobre la variedad de las plantas, en el centro se han sustituido las surfinias de verano por las violas colgantes y los crisantemos, que también decorarán el resto de la ciudad al ser un tipo de planta adaptada a las condiciones meteorológicas del invierno.
Rodríguez recuerda que esta actuación da continuidad al plan anual de reposición de planta de flor de temporada, que incluye 30 áreas en parques, medianas, rotondas y plazas de toda la ciudad. En total son 30.000 unidades de plantas que después de crecer en los viveros se sacarán al exterior. Pero además la concejala destaca la importancia de esta actuación en cuanto al beneficio medioambiental, ya que los elementos vegetales contribuyen a limpiar el aire de la ciudad, eliminan el humo y los patógenos que puedan estar suspendidos. También subraya que aportan humedad al ambiente, por lo que disminuye la cantidad de polvo y partículas, además de reducir los ruidos y contribuir a disminuir el efecto “isla de calor”, el fenómeno que se refiere a la detección de temperaturas más elevadas en los núcleos urbanos respecto a las zonas aledañas.
Normalmente se refiere a las temperaturas nocturnas. La diferencia puede ser bastante significativa, de varios grados entre puntos relativamente cercanos, incrementadas por la falta de sombra y el exceso de superficies asfaltadas y hormigonadas que desprenden calor.
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