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Domingo, 4 de abril 2021, 18:05
Telecinco emite esta noche de domingo dos nuevos capítulos del documental “Rocío Carrasco. Contar la verdad para seguir viva”. Más allá del debate social sobre la veracidad de lo que cuenta la hija de Rocío Jurado, las víctimas de violencia de género no pueden ... evitar identificarse con el relato que describe Rociíto. La instrumentalización de los hijos por parte de uno de los progenitores para seguir controlando o haciendo daño a la expareja es algo que se da en muchos casos de maltrato.
“No he podido ver el documental de Rociíto porque me remueve las entrañas y me devuelve el sufrimiento que he padecido”, confiesa Lourdes, nombre ficticio de una mujer víctima de violencia de género que ha soportado un auténtico calvario durante 40 años, con falta de apoyo social y familiar y el alejamiento temporal de sus hijos, manipulados por su expareja. Aspectos que confluyen en una historia muy similar a la de Rociíto. Con un llanto de dolor casi incesante y una generosidad encomiable, Lourdes accede a rememorar los episodios más duros de su vida. “Lo hago para ayudar a otras mujeres que puedan estar viviendo lo mismo”, confiesa.
“Estaba en un pozo y a base de lágrimas he subido para arriba”. Así comienza su relato Lourdes, que inició muy joven la relación con la que ya es su expareja. Días antes de su boda sufrió las primeras vejaciones. “Desde entonces se dedicó siempre a machacarme y después a amenazarme con quitarme a los hijos. Me fue aislando de mi familia y amigos y ves que te quedas sola. Yo llegué a contar lo que me pasaba a una amiga y a mis padres pero la gente pasa, nadie le da importancia y nadie te ayuda. Te dicen que aguantes y te sientes muy sola. Después ves cómo tus hijos empiezan a repetir las mismas palabras y frases de su padre y llega un punto en el que no puedes permitir que te machaquen más”, cuenta entre sollozos Lourdes, a quien su exmarido la intentó asesinar en dos ocasiones. La última sirvió para detenerle porque la Policía intervino y ella y el fiscal le denunciaron, pero al final ella no declaró en el juicio. No quería que fuera a la cárcel.
“Con Rociíto no me siento identificada. Para levantarme, yo no necesito hacer caer a otra persona ni hacer daño a mis hijos”
“Él siempre me tachaba de loca. Estuve casi veinte años yendo a psiquiatras. Estaba empastillada y los médicos miraban para otro lado. Él aprovechaba cuando estaba dopada para abusar de mí. En la calle él se ponía celoso de cualquiera con el que hablase y después me enteré de que él me había engañado”, relata esta víctima.
Los hijos que han crecido en un entorno de violencia de género consideran que las actitudes de maltrato son normales e incluso repiten patrones del maltratador. Es lo que padeció esta mujer: “Un día que iba a salir a la calle a trabajar, me espetó mi hijo que cómo me había pintado y con un pañuelo me refregó los ojos. Los hijos están ciegos y él les manipulaba a su antojo. Creen que es normal cuando él te está diciendo todo el día que eres una inútil y que no vales para nada. Tampoco me dejaba dinero y tenía que apuntar todo lo que gastaba. Te anula en todo”.
Pese al sufrimiento asfixiante padecido por Lourdes durante media vida, esta mujer optó finalmente por no declarar el día del juicio y concluir la relación con un divorcio de mutuo acuerdo en el que ella accedió a perderlo prácticamente todo. “Con que tuviera un poco para vivir me bastaba. Tan sólo necesitaba tranquilidad. No quise juicio, si no, él hubiera tenido pena de cárcel. Renuncié por mis hijos”, admite. Pero lo más duro de la separación fue la actitud de los hijos: “Vivían rebotados y cargaban contra mí. Era muy duro. Se alejaron, pero con la mediación de la psicóloga especializada en violencia de género, que me ha ayudado desde que denuncié, y tiempo, han vuelto a vivir conmigo. Pero hay que tener mucha paciencia y luchar. Viven aquí a escondidas de su padre”. Lourdes ha conseguido recuperar a sus hijos y ha reiniciado su vida, aunque aún se siente muy sola. “Con Rocíito no me siento identificada. Para levantarme yo no necesito hacer caer a otra persona ni hacer daño a mis hijos. Materialmente tampoco he sido egoísta e intento salir adelante como puedo”, ratifica.
012: tel. de inf. a la mujer CyL
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