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Sábado, 20 de agosto 2022, 22:39
Nació hace justo un año con el objetivo de que los repartidores de comida a domicilio de plataformas tan conocidas como Glovo, Deliveroo, Just Eat o Uber Eats, entre muchas otras, dejaran de ser autónomos y fueran contratados como asalariados. Sin embargo, hecha la ley, hecha la trampa ... . Según denuncian los propios trabajadores, la ley ‘rider’ impulsada por el Ministerio de Trabajo, como fue bautizada, no ha servido para absolutamente nada. “No se está cumpliendo”, apuntan. Desde que la normativa se puso en marcha, cada plataforma adoptó un sistema diferente de negocio: desde salir de España, hasta crear un nuevo modelo para poder mantener repartidores autónomos, pasando por aquellas que han apostado por el sistema de subcontratas para ofrecer el servicio de reparto. “La ley no ha servido para nada, únicamente para precarizar todavía más el sector”, defiende uno de estos repartidores.
Aunque prefiere no dar su nombre y apellidos, asegura que son muchos los compañeros que han visto empeoradas sus condiciones tras dejar de ser autónomos. “Te hacen un contrato pero de aquella manera. Eres empleado y juegan con esa falsa estabilidad pero las condiciones son peores: contratos de menos horas, sueldos más bajos...”, relata.
De hecho, gran parte del colectivo ‘riders’ indica que no está de acuerdo con esta nueva ley, ya que es necesario que haya los dos tipos de contratación para que los trabajadores puedan elegir. “No puede haber una imposición, a unos les vendrá mejor una cosa y a otros otra”, cuenta otro empleado. “Hace un año los que quisieron ser empleados se fueron a un lado y los que no al otro. El problema está en las condiciones que se ofrecen ahora con estas subcontrataciones, porque se saltan cualquier ley de laboralidad. Hacen lo que quieren con las horas y si te ponen 40 horas a la semana por 1.100 euros puedes vivir pero si te bajan de repente a 20, como le ha pasado a un compañero, y comienzas a cobrar entre 500 y 600, a ver qué haces”.
Por el contrario, como autónomo —en ambos el repartidor está obligado a poner el vehículo— el ‘rider’ elige cuántas horas trabajar al día. “La forma de cobrar varía muchísimo de la hora. El pedido va desde los 3,50 a los 6 euros. Es decir, la media está en cuatro y algo. En periodos donde hay pedidos —ahora en verano son escasos— puedes hacerte tres y cuatro pedidos en una hora, por lo que en una semana, si haces 40 horas, son 500 euros. Al mes unos 2.000. Quitando la cuota de autónomo y gasolina se te queda en 1.400 aproximadamente. No está nada mal”.
Sea como fuere, lo que reclama el sector son más inspecciones. Por ejemplo, una de las cosas que hizo una de las plataformas es cambiar los términos para que los ‘riders’ facturaran directamente con los restaurantes y que no lo hiciera la empresa principal, lo que ha hecho que el Ministerio de Trabajo se pronuncie y alerte a bares y restaurantes de la ilegalidad. En definitiva, una guerra que parece no tener fin entre las diferentes plataformas, algunas de las cuales ya han anunciado públicamente su intención de acudir a los tribunales por competencia desleal.
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