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Un ratoncito es identificado con una marca auricular. FOTOS: ALMEIDA
Las pequeñas vidas que impulsan a la ciencia

Las pequeñas vidas que impulsan a la ciencia

El uso de animales en la investigación científica decrece con los avances de la tecnología, pero sigue siendo imprescindible para salvar vidas. Los ratones modificados genéticamente son protagonistas entre las especies de los animalarios de la Universidad de Salamanca

Lunes, 7 de marzo 2022, 10:52

Los pollos y las ovejas que empleó Pasteur para el desarrollo de las vacunas, los perros con los que Pavlov formuló el condicionamiento clásico, la perra astronauta Laika o la oveja Dolly, el primer mamífero clonado, se convirtieron por voluntad ajena en protagonistas de la historia del desarrollo científico. La historia de la humanidad sería muy distinta sin la colaboración involuntaria de los animales, un recurso que hoy, desde la sensibilidad social del siglo XXI, es objeto de debate.

En el año anterior a la pandemia, los laboratorios españoles utilizaron animales para la experimentación científica 817.742 veces, según el informe remitido por el Ministerio de Agricultura, pesca y Alimentación a la Comisión Europea. Los más empleados fueron ratones (56%), peces (12%), aves de corral (12%), ratas (5,9%), pez cebra (4,9%), conejos (2,52%), cefalópodos (2%) y cerdos (1,5%)

En Salamanca, el Servicio de Experimentación Animal de la Universidad de Salamanca de la plataforma Nucleus gestiona desde 1994 las necesidades de investigación y docencia. Las nuevas instalaciones que se pusieron en marcha en el Edificio Departamental sustituyeron a los antiguos animalarios de la Facultad de Medicina en la calle Espejo y otros dos locales en la Facultad de Medicina y en la de Ciencias, que fueron desmantelados.

Las especies de roedores son gran mayoría en los animalarios de la Universidad de Salamanca

Ya en el nuevo siglo, las crecientes demandas de ratones modificados genéticamente y la creación del Centro de Investigación del Cáncer llevaron a la Universidad a construir el actual animalario anexo al CIC, que recibe la denominación de Animalario OMG (Organismos Modificados Genéticamente). La obra de la instalación subterránea supuso una inversión de 6 millones de euros y se inauguró en 2005. Dos años después, el Servicio de Experimentación Animal se amplió con un nuevo animalario en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL) al servicio de los investigadores del centro.

Las especies de roedores son mayoría en los animalarios de la Universidad. Ratones, sobre todo, pero también ratas y hamsters son utilizados para estudios de biología fundamental, nuevos tratamientos de cáncer, fisiología y farmacología. También se emplean para investigaciones en neurociencia, estudiar las nuevas funciones en animales modificados genéticamente así como el desarrollo de nuevos métodos diagnósticos. El parecido genético con los seres humanos, su prolificidad y su bajo coste hacen de los ratones los modelos más versátiles.

Ya a menor escala, los cerdos son empleados ocasionalmente por los cirujanos para practicar nuevas técnicas de mínima invasión o para probar nuevos sistemas robóticos en estudios de cirugía experimental. También especies de ranas y de peces se utilizan en estudios de biología molecular. La transparencia y gran tamaño de sus embriones facilitan la manipulación genética y su seguimiento en vivo al contar además con un gran número de muestras. Finalmente, los conejos son utilizados en estudios de toxicología, generación de anticuerpos, así como traumatología y cirugía reparadora, aspectos en los que el tamaño del animal es una ventaja.

MEJORAR LA SALUD

“Trabajar aquí es satisfactorio. Y sobre todo por el hecho de que lo que hacemos puede repercutir en la salud de las personas, así como de los propios animales y, por qué no, en el conocimiento propio de la ciencia” Luis Muñoz de la Pascua, veterinario de formación, dirige el Servicio de Experimentación Animal desde su creación hace casi tres décadas. Su sede principal es el animalario OMG junto al Centro del Cáncer. En él trabajan 14 personas, entre técnicos cuidadores, especialistas y encargado de mantenimiento. Ellos se ocupan de una amplia lista de cometidos: desde atender la higiene y la esterilización de las instalaciones, comprobar el mantenimiento de las condiciones medioambientales, cambiar semanalmente de jaula a los animales y proporcionarles comida y agua hasta todo lo relacionado con la gestión de la colonia.

“Son muchas las cosas que hay que atender, pero al final ya te acostumbras”. Isabel Ramos se ocupa de atender a los animales “y de medio animalario”, bromea. Recuerda que hace 13 años, cuando se incorporó al CIC, estaba ella sola. “Ahora tengo una compañera pero también hay más trabajo y mayor demanda de los investigadores”. En la sala de al lado, Mónica Carabias anda igual de atareada. “Preparo cruces de las líneas que me indican los investigadores y crían a los 21 días. Otros 21 días después, los destetamos”. Tras identificar a machos y hembras, técnicos como Mónica e Isabel se ocupan de identificar el genotipo de cada ratón colocándoles un pequeño crotal a partir de una muestra de la cola que se toma tras el destete.

Gema, Sole, Noelia y Leyre tampoco paran en sus labores de mantenimiento de la colonia y las instalaciones. El animalario del SEA cría y gestiona actualmente cerca de 6.000 ratones de 200 líneas —razas— distintas. “Cada línea tiene un interés particular. Como no son fácilmente accesibles, los criamos. Los ratones son muy prolíficos, y es mucha tralla de destetes, de colas, de cambios de jaula, de cruces...”, comentan.

Las estanterías de jaulas cuentan con un sistema propio de ventilación que les insufla aire

Los ratones se estabulan en sus jaulas hechas de un material plástico especial, sobre una cama de viruta de chopo, royendo sus barritas de pienso comprimido en pellet y bebiendo sus biberones de agua. La Universidad cuenta con entre 6 y 7.000 ratones para investigación y el 90% residen en las más de 2.000 jaulas de las salas del Animalario OMG.

Las estanterías de jaulas (“racks”) cuentan con un sistema propio de ventilación operado por un motor que les insufla aire. Cada minivivienda es lavada, desinfectada y renovados sus materiales semanalmente en autoclaves de gran capacidad, donde son sometidos a altas temperaturas para eliminar gérmenes. Y cada sala cuenta con una campana de flujo laminar que proporciona aire limpio en la zona de trabajo.

En el laboratorio de microinyección, el veterinario Álvaro Parreño realiza una vasectomía a un ratón, la tercera de las seis que tiene programadas para esta mañana. Poco antes realizó una transferencia embrionaria, una labor muy delicada. “Al cruzar hembras con machos vasectomizados, ellas creen que están preñadas y entran en un estadio hormonal adecuado para que les implantemos los embriones en el útero”, explica Luis Muñoz.

EL BIENESTAR ANIMAL

La investigación con animales ha estado históricamente situada bajo el foco del debate sobre el bienestar animal. La creciente sensibilidad social ha ido condicionando la investigación científica y en los tiempos recientes alcanzó hitos como el convenio europeo de 1986 para la protección de animales vertebrados usados en investigación y otros fines biomédicos, que en España se plasmaría dos años después en un Real Decreto que sentó las primeras bases para el trabajo de los investigadores. Desde 2005 unos comités de ética [e encargan de evaluar los proyectos de investigación con animales analizando el correcto diseño experimental, el número adecuado de animales empleados y los beneficios del estudio para la salud humana y la de los animales, antes de ser autorizados por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Junta. Finalmente, en 2013 otro Real Decreto incluyó dentro de su protección a los cefalópodos, a estadios embrionarios avanzados de los vertebrados y prohibió el uso de monos del viejo mundo. La norma introdujo asimismo el criterio de las 3 R, que insta a los investigadores a reemplazar a los animales por otras técnicas siempre que sea posible, a reducir al mínimo su uso en los laboratorios y experimentos y a refinar los métodos empleados en sus investigaciones para minimizar las molestias a los animales.

Desde 2005 unos comités de ética evalúan la utilidad y el beneficio de los proyectos con animales

El director del Servicio de Experimentación Animal de la Universidad comprende las directrices y aboga por la importancia y la utilidad social de mantener la investigación con animales bajo la adecuada regulación. “Es fundamental controlar las condiciones que afectan al bienestar animal durante toda la investigación”, asegura Luis Muñoz de la Pascua.

En este marco, Muñoz subraya la incongruencia de muchas críticas contra el uso de animales en la investigación que pecan de “infantilismo. Nos importan mucho los perros pero no nos importan las ratas. La gente del campo habituada a vivir con los animales y los urbanitas con perro tienen una sensibilidad muy diferente. Cada vez hay más presión sobre los experimentos con animales, pero cuando la gente ve un brick de leche y no sabe de donde viene, es normal obviar lo que ello supone”.

Y es que la investigación con animales ha hecho posible una larga lista de logros científicos. Desde las vacunas [viruela, rabia, poliomelitis, papiloma, covid...], los trasplantes, la insulina, las terapias personalizadas en cáncer, las técnicas de imagen [resonancias, rayos X, PET, endoscopias...], seguridad en los fármacos... “El 76% de los Premios Nobel de Medicina están relacionados con la experimentación animal. La calidad de vida que ahora disfrutamos se la debemos a todo lo que se ha descubierto en el último siglo gracias a ellos”.

Los usos de animales para la investigación en España se han reducido en diez años en un 41 por ciento

Las cifras del Ministerio reflejan que los usos de animales para la investigación se han reducido en un 41% en diez años. Parece que la consigna de “las tres R” surte efecto. “Desde el punto de vista científico y sin ningún tipo de emoción, yo suprimiría prácticamente todos los usos animales excepto este, que es el que, hasta que de verdad sea posible sustituir los animales por otros métodos, va a hacer que cambie la sociedad, que progrese la ciencia, nos curemos y tengamos más calidad de vida”. En este sentido, Luis Muñoz reclama mayor atención del Gobierno a la investigación. “En España no se ve como algo prioritario porque no genera réditos a corto plazo. Esta visión cegata nos lleva a depender de los demás cuando tenemos gente muy buena que se ha tenido que ir. Sería urgente cambiar el modelo productivo e invertir mas en investigación que generara beneficios para la sociedad”.

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