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Acogida, hospitalidad, fraternidad y oración. Son las cuatro palabras que lucen en el cartel conmemorativo de los 150 años que las Hermanitas de los Pobres llevan luciendo y promoviendo empatía en Salamanca.
Sor Lilliam y Sor Josefina se levantan todas las mañanas, junto a las otras nueve religiosas que forman parte de la congregación y que residen en el centro ubicado en la Avenida de San Agustín para entregarse a los 70 ancianos que las acompañan cada día y hacer sus vidas mucho más fáciles.
En todo este tiempo, han sido muchas las personas que han pasado por la residencia, en la que, todos sus integrantes, como si de una familia se tratara, han ‘hecho piña’ para superar las adversidades que se han ido presentando. Una de ellas, sin duda, fue la pandemia, que, pese a que apenas dejó un contagio entre ellas —el de un sacerdote que siempre acudía al Hospital de los Montalvos—, obligó a cerrar a cal y canto el centro y a restringir las visitas de los familiares.
“Aquella etapa fue bastante dura. Logramos que no hubiese contagios con mucho esfuerzo y con mucho trabajo. Nuestros mayores lo pasaron mal porque, para ellos, relacionarse les da vida”, asegura Sor Lilliam, que califica el trabajo que, desde que las Hermanitas de los Pobres llegaron a Salamanca, han hecho entregándose a los demás de “gratificante”: “El trabajo de las Hermanitas sigue siendo actual porque hay muchísimos ancianos que necesitan nuestra ayuda porque se quedan solos en sus casas. Cuando vienen, hacemos todo lo posible para que se sientan como en casa. Nuestro trabajo es como una bendición de Dios”.
Esa familiaridad solo se consigue con la unión de fuerzas y la fe que San José les transmite cada vez que acuden a su capilla para rezar y gracias a todas las actividades que organizan para que los mayores se sientan los verdaderos protagonistas, entre las que destacan los talleres de dibujo y de manualidades, con los que han creado los adornos que decoran el árbol de Navidad que han puesto este año. “Este año, hemos vivido la Navidad de una forma más especial porque, en estos dos últimos años, todo se ha visto lastrado por la pandemia. Las familias están aprovechando su tiempo libre para ver a sus familiares y, como ya permitimos las visitas, algunos han podido ser partícipes de las actividades que hemos organizado con motivo de estas fechas tan señaladas”, asegura Sor Lilliam, que, el próximo martes, 10 de enero, estará presente como madre superiora de las Hermanitas de los Pobres de Salamanca en la eucaristía que se celebrará para conmemorar su 150º aniversario en la ciudad en la Catedral Vieja a las 12:00 horas y que será presidida por el obispo José Luis Retana.
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