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Un viaje al corazón de São Paulo. En medio del barullo que cada día se puede ver en una de las avenidas que más vida tiene de la ciudad. ‘Avenida Paulista’ es la tercera muestra que el Centro de Estudios Brasileños de la Universidad de Salamanca acoge desde que José Manuel Santos se puso al frente de su dirección. Sea casualidad o no, las tres han dado a conocer cómo es la rutina en São Paulo, bien desde la ciudad o bien abriendo a sus espectadores los paisajes que se pueden contemplar en su sierra.
20 fotografías realizadas por el fotógrafo brasileño Emerson Louback teletransportarán a todo aquel que pase por la institución, hasta el 22 de diciembre que esté abierta, a un escenario por el que todos los días transitan miles de personas sin hacer parada. De ahí que todas las imágenes expuestas tengan más mérito todavía, ya que captan momentos concretos, pese a haber ocurrido a gran velocidad.
Esta avenida, inaugurada en el siglo XIX, se ha convertido en el corazón financiero, económico y social de São Paulo, siendo algo que se repite con más fuerza todavía los domingos, cuando se cierra al tráfico. Entonces, este momento es aprovechado por decenas de ciudadanos para organizar actividades lúdicas relacionadas con la música y con la religión, para manifestarse o para organizar debates. Y esta vida, protagonizada por músicos, malabaristas y deportistas, también puede contemplarse en las imágenes de una muestra que comienza con la r presentación del Museo de Arte de São Paulo, una estructura que parece que está levitando en medio de la avenida por su arquitectura, sostenida en cuatro columnas.
“Con esta exposición, el Centro de Estudios Brasileños ha querido trasladar a los salmantinos y brasileños que estén presentes en la ciudad la vida que tiene la ciudad de São Paulo y, sobre todo, la que tiene una calle que es el gran símbolo de esta ciudad”, aseguró ayer José Manuel Santos, director del Centro de Estudios Brasileños, en la inauguración, acompañado por Elisa Tavares, trabajadora de la entidad.
“Con esta muestra, damos a conocer un paisaje que, pese a estar cortado por el hormigón en rectas, se vuelve más democrático y humano con la presencia de las personas y de las prácticas que se realizan los domingos”, indica el Centro de Estudios Brasileños en su web sobre la exposición.
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