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Lunes, 14 de febrero 2022, 20:34
La violencia de género influye gravemente en la salud de las mujeres que la sufren, por lo que es habitual que las víctimas de esta lacra social acudan con mayor frecuencia a los servicios sanitarios y, por lo tanto, a la farmacia. Para ellas, los profesionales de este tipo de establecimientos se convierten en alguien cercano, por quien se dejan recomendar, a quien escuchan y a quien a menudo cuentan muchos detalles de su vida privada. Precisamente por esa unión, la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género y la Organización Farmacéutica Colegial han puesto en marcha un protocolo que ya siguen las farmacias salmantinas y cuyo objetivo es ayudar a detectar las primeras señales de violencia y a saber cómo actuar ante un posible caso.
La campaña, que lleva como lema “Estás en un lugar seguro: Ante una situación de violencia de género, te ayudamos”, es una iniciativa en la que ambas entidades llevaban tiempo trabajando y que en Salamanca ha sido acogida con los brazos abiertos. “Nosotros tenemos mucha cercanía con el paciente porque al final conocemos mucho de su vida por los años que llevan yendo a la farmacia, se crea un vínculo de mucha confianza”, asegura María Engracia Pérez, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Salamanca.
De esta forma, el protocolo trata de aprovechar la posición del farmacéutico, el sanitario más accesible a los ciudadanos, haciendo ver a las mujeres que es un lugar idóneo donde pedir ayuda para obtener información integral, cualificada y suministrada por especialistas. Y es que seguramente a muchas les resulte más accesible explicar al personal de la farmacia su situación que acudir a Comisaría o a un cuartel de la Guardia Civil, un lugar al que están menos acostumbradas. “Por ejemplo las víctimas que viven en zonas rurales tienen menos recursos a los que acudir y el farmacéutico al fin y al cabo está hasta en los municipios más pequeños. Él es al final el personal sanitario más cercano y al que los vecinos acuden sin ningún tipo de problema”, explica María Engracia.
Por ello, pese a que ya previamente los farmacéuticos salmantinos habían detectado casos y habían actuado en consecuencia, el documento pretende que estos profesionales actúen de manera homogénea.
En concreto, el protocolo establece diversos supuestos de casos de violencia machista. Para mujeres que presentan signos de malos tratos y no quieren ser derivados a recursos especializados, recomienda respetar la decisión de la víctima pero mostrarle en todo caso que la farmacia está a su disposición para atenderla y facilitarle la información que requiera con el fin de ayudarla a tomar una decisión posterior cuando lo considere oportuno.
Por otro lado, para las que viven con su agresor y piden atención para sus hijos, se les informará de los recursos especializados existentes a nivel provincial, priorizando la seguridad de la mujer y la de sus menores y se dará aviso a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad cuando sea necesario. Se informará igualmente de los recursos disponibles a aquellas que demanden atención especializada por violencia sufrida en el pasado.
Finalmente, en cuanto a las menores de edad que sean víctimas de esta violencia por parte de sus parejas o exparejas, el documento recuerda que los equipos profesionales solo podrán informar de los recursos especializados, aunque para que puedan intervenir con ellas se requerirá del conocimiento y autorización de sus representantes legales.
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