Las exigencias de los hosteleros el día que Salamanca pasa a fase 3

La actual evolución epidemiológica y asistencial de Salamanca permite que desde anoche la provincia haya bajado de nivel de riesgo 4 a 3, lo que fundamentalmente supone una mejora en los aforos de los establecimientos. En el caso de la hostelería los negocios con aforo de menos de 40 comensales pasan del 33% al 75%, mientras que el resto sube al 50%. Se trata de pasos adelante que según el presidente de la Asociación de Hostelería de Salamanca, Álvaro Juanes, aún son insuficientes.

“Nuestras reivindicaciones fundamentales son eliminación del cierre perimetral de la Comunidad y retrasar el toque de queda de las 22 horas para permitir el servicio de cenas”, recuerda el presidente. Se trata de una exigencia con la que el sector incrementaría su facturación en cerca del 30% dado que podrían recuperar un servicio que ahora es muy difícil de ofrecer cerrando los establecimientos tan pronto. Juanes recuerda la complicada situación de la hostelería en Castilla y León. Si bien es cierto que Salamanca, Ávila y Segovia se encuentran en una posición de “privilegio” con aforos del 50% y superiores, Juanes recuerda que más de la mitad del sector de la Región aún sigue con un 33%, lo que complica la rentabilidad.

En cuanto a los centros comerciales y el comercio, mantendrán un tercio del aforo a pesar de mejorar a nivel 3. En la misma situación se encuentran los gimnasios, a punto de crear una asociación provincial para reivindicar sus derechos. Según el portavoz del colectivo, Javier Sanz, a ellos la desescalada les llega tarde, aunque la Administración hubiera sido más generosa con sus aforos. “Todo lo que sea avanzar, bienvenido sea, pero a estas alturas de mes y con las vacaciones de Navidad tan cerca nosotros ya hemos perdido la mensualidad”, se queja el empresario.

Sanz lamenta que los gimnasios hayan estado en el punto de mira en esta segunda ola de coronavirus y, junto a la hostelería y los centros comerciales, hayan tenido que cerrar durante un mes.

“No es justo. Hemos pedido soluciones a la Administración regional aportando información que avala la baja cifra de contagios en los gimnasios de la que ellos eran ya conocedores, pero en ningún momento nos dieron argumentos de peso que justificaran que teníamos que cerrar”, lamenta. “Se limitaron a decir que en espacios cerrados donde acudan no convivientes no podrían abrir al público, sin tener en cuenta otros aspectos”.

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