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Sábado, 30 de julio 2022, 21:31
Irse de casa es una deseo cada vez más utópico para los jóvenes de Castilla y León. La precariedad laboral y la dificultad para acceder a viviendas son algunas de las causas que hacen que los habitantes de la Comunidad retrasen cada vez más el momento de emanciparse de sus padres.
Durante este mes de julio, la Junta de Castilla y León ha ofrecido los datos del primer semestre de 2021 del Observatorio de Emancipación. Unas cifras que revelan la compleja situación a la que se enfrentan los jóvenes para salir de sus casas. Según la información procurada por el organismo, la Comunidad Autónoma ha presentado una caída sostenida de la tasa de emancipación en la población entre los 16 y 29 años que llegó a situarse durante el periodo analizado en el 14,7%.
Según lo señalado por los jóvenes y lo que corroboran los datos, el gran culpable de la situación es la precariedad en la que se ven inmersos los menores de treinta años, no solo dentro de Castilla y León, sino en toda España. Los salarios de las personas ubicadas en la franja de edad entre los 16 y 29 años suelen ser más bajos que el resto de la población y las dificultades para acceder a viviendas, ya que entre los requisitos de las inmobiliarias normalmente se solicita un contrato laboral estable o una prueba de libertad financiera de la que los jóvenes, a menudo, carecen.
En este sentido, según los datos proporcionados por el Observatorio de Emancipación casi la totalidad de los contratos realizadas en la región durante el primer semestre de 2021 fueron temporales. Solo un 7,3% de los nuevos contratos fueron de duración indefinida. Un escenario que afecta directamente la seguridad económica de los jóvenes y, por ende, sus posibilidades de independizarse.
Además, a la problemática para acceder a empleos dignos hay que sumarle el alto coste de las viviendas. Pese a que Castilla y León posee precios de alquileres más bajos que otras comunidades, una persona joven que desee vivir sola debe destinar un 56,3% de sus ingresos para cubrir los gastos relacionados con el inmueble, lo que convierte emanciparse de manera individual en algo inaccesible para la mayoría.
Todo repercute en el deseo de los jóvenes de abandonar la comunidad una vez finalizado sus estudios. Según los datos del Consejo de Juventud de Castilla y León, desde 2008 la Región ha perdido población juvenil de manera constante y sistemática. Solo durante 2020 un total de 959 personas optaron por mudarse a otras zonas del país en búsqueda de mejores oportunidades.
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