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La Universidad de Salamanca y el Centro de Láseres Pulsados (CLPU), infraestructura científica y técnica singular, unirán sus fuerzas para completar el Parque Científico de Villamayor 16 años después de la inauguración de su primer edificio, el CIALE. Las dos instituciones colaborarán en la finalización del inmueble una década después de que la construcción quedará parada.
La Fundación Nido, perteneciente grupo Mariano Rodríguez, promovió la ejecución del edificio M4, de manera que cuando hace unos años este grupo empresarial entró en concurso de acreedores, se paralizaron las obras. Años después, la Universidad consiguió la reversión, sin cargas, de la parcela y el edificio por incumplimiento de convenio. A partir de ese momento, la institución académica ha buscado la manera de acabar la obra sin encontrar la fórmula idónea, al menos hasta ahora.
“Una Universidad como la nuestra no se puede permitir tener una obra en una situación precaria”, asegura el vicerrector de Economía de la institución académica salmantina, Javier González Benito, que es el director general de la infraestructura, y reconoce que después de estudiar distintas posibilidades han pensado que “no se puede esperar a tener garantizada la ocupación del edificio para terminarlo, sino que en este caso lo conveniente es acabarlo para que se pueda convertir en un reclamo”. Económicamente también es un buen momento porque el Parque está completamente saneado.
“Necesitamos espacios, por eso le propuse al rector plantear conjuntamente la finalización del edificio y su puesta en funcionamiento”, explica María Dolores Rodríguez Frías, directora del Centro de Láseres Pulsados que desde su incorporación al CLPU en octubre ha impulsado esta idea.
Ambas instituciones ya han firmado un protocolo general de actuaciones, una especie de declaración de intenciones por la que se comprometen a buscar la fórmula para colaborar en este sentido. El acuerdo sería ventajoso para las dos partes: la Universidad contaría con apoyo para asumir el coste de la obra y, además, tendría garantizada la ocupación de parte de los espacios del nuevo inmueble por el CLPU; y el Centro de Láseres Pulsados conseguiría el espacio que necesita para poder seguir creciendo al lado de su sede.
La propuesta también parece del agrado del Consejo Social, de manera que los Servicios Jurídicos de la Universidad ya están viendo cómo se puede articular esta colaboración. Por otro lado, el Servicio de Infraestructuras del Estudio tendrá que valorar el estado en el que se encuentra el edificio M4, pues ha estado abandonado durante más de una década, por lo que el vicerrector teme que la estructura metálica pueda estar deteriorada.
En cuanto a las fechas para la realización de la obra, no están cerradas. “Me gustaría tener el proyecto este año y licitarlo de cara al siguiente”, indica Javier González Benito.
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