La tienda de animales de los ‘horrores’ en Salamanca

Hasta la tienda se trasladó una dotación de la Policía Local para llevar a cabo una inspección, a la que el propietario del negocio no opuso oposición alguna. Los agentes comprobaron que el inmueble carecía de las condiciones higiénicas mínimas, puesto que las jaulas que acogían a las mascotas contenían excrementos, con un fuerte olor a suciedad y con la presencia de numerosos insectos. Eso sí, los animales tenían comida y agua, si bien el agua no parecía estar en las mejores condiciones, según ha podido saber LA GACETA.

Los agentes también explicaron al propietario del inmueble que no podía tener a la cobaya en el escaparate, soportando altas temperaturas. Además, las estanterías de la tienda contenían productos alimentarios para mascotas en la mayor parte de los casos caducados, por lo que los policías comunicaron al dueño la apertura de un acta de inspección que posteriormente se entregó a la Junta de Castilla y León, a través del área de agricultura, que se ha hecho cargo del expediente para imponer la sanción correspondiente en función de la Ley 5/1997, de 24 de abril, que determina las normas reguladoras de protección de animales de compañía, en caso de que los veterinarios confirmen las irregularidades.

Según ha podido saber LA GACETA, el propietario tenía la intención de vender los últimos animales para proceder al cierre del negocio, algo que ya ha hecho, según han reconocido a este periódico algunos vecinos.

En el momento de la inspección llevada a cabo por los agentes de la Policía Local, en el pequeño local se encontraban dos periquitos, tres hamster, una cobaya, tres ninfas y tres ejemplares de diamantes mandarines.