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Lunes, 4 de noviembre 2019, 10:24
Las noticias que confirman que la economía española y salmantina ha entrado en un proceso de desaceleración se acumulan. El último dato que muestra síntomas de la situación lo aporta la recaudación de impuestos. Por primera vez desde 2013, los ingresos de la Agencia Tributaria en Salamanca evidencian una tendencia negativa. La bajada se centra en el IRPF y en el Impuesto de Sociedades, mientras que el IVA apenas experimenta cambios y rompe la tendencia de los últimos ejercicios.
El informe de la Agencia Tributaria confirma que de enero a septiembre recaudó en impuestos estatales en la provincia salmantina un total de 334 millones de euros, lo que representa un descenso del 1,3% en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando obtuvo algo más de 338 millones. Aunque la disminución es pequeña, sí resulta indicativa de que el comportamiento de la economía ha cambiado respecto a los años anteriores, en los que la recuperación elevó los ingresos tributarios.
Hay que recordar que la crisis que comenzó a finales de 2007 tuvo un impacto muy negativo, al reducir la actividad económica y, consecuentemente, la recaudación de impuestos. La Agencia Tributaria pasó de obtener en Salamanca 685 millones en 2007, a solo 368 en 2013, el peor año de la serie histórica más reciente. A partir de entonces, los ingresos del Estado en la provincia y en el conjunto del país comenzaron a remontar con la mejora de la economía. En 2018, por ejemplo, alcanzaron los 488 millones de euros. El repunte, sin embargo, no ha llegado a igualar la cuantía que había antes, hecho que ahora coincide con un cambio de ciclo de la economía, que augura nuevos problemas en la recaudación.
Un dato preocupante, y que muestra también las dificultades del mercado laboral, se encuentra en el IRPF. El impuesto que grava las retribuciones de los trabajadores registra una caída en Salamanca del 0,6%. Se trata de una pequeña bajada, pero evidencia que los contratos que se están firmando son de peor calidad que los de hace un año, tanto en duración o tipo de jornada, como en salario.
También invita a la reflexión la evolución del Impuesto de Sociedades, que refleja un descenso del 1,8%. El retroceso indica que la actividad de las empresas, y por lo tanto sus beneficios, comienzan a resentirse con la desaceleración económica.
El otro gran tributo desde el punto de vista recaudatorio es el IVA. A diferencia de los dos anteriores, la dinámica del impuesto aún no es a la baja, aunque también se comprueba que el freno económico está influyendo en el consumo. De enero a septiembre, la Agencia Tributaria ha recaudado un 1,3% más que hace un año, una subida inferior a la de ejercicios anteriores, que rondaba el 5% y 10%.
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