“La radioterapia para ricos”: la carísima técnica médica que el Ministerio no otorga a Castilla y León

Ni Salamanca, ni ningún otro hospital de Castilla y León van a recibir la novedosa protonterapia

El catálogo de alta tecnología hospitalaria elaborado por Sacyl incluye hasta 16 tipos de tecnología diferente. El Hospital de Salamanca tiene tres casillas en blanco y una de ellas es la protonterapia.

Salvo algunas clínicas privadas, España ni siquiera se había planteado incorporar esta tecnología a su sanidad pública porque es muy costosa, pero sobre todo muy difícil de implementar: con enormes construcciones para alojar los equipos.

Tuvo que ser la iniciativa de la Fundación Amancio Ortega la que pusiera sobre la mesa 280 millones de euros para llevar esta moderna Radioterapia a diez hospitales públicos del país. Ninguno de Castilla y León. “Estamos hablando de que solo la máquina de protonterapia cuesta cerca de 20 millones de euros, pero el edificio que hace falta para albergarla y su instalación supone otros 20 millones más”, explica el doctor Pérez Romasanta.

Los especialistas indican que poner en marcha estas máquinas puede suponer cerca de tres años de trabajo y casi ningún hospital tiene reservada una sala tan grande como es necesario, por lo que habría que construir edificios anexos específicos para esta tecnología.

Lo que tiene de particular la protonterapia es que funciona con protones, en lugar de hacerlo con fotones. ¿Y es qué significa? Básicamente que puede amoldarse mejor a los tumores más complejos. Es capaz de irradiar dosis muy altas, sin apenas dañar a los tejidos sanos que hay alrededor del tumor, por eso sería especialmente útil en los niños con cáncer, pero también en tumores que tradicionalmente tienen muy mal pronóstico.

Serían sesiones muy rápidas -en algunos casos pueden ir de uno a tres minutos- y dejarían una radiación residual mínima, por lo que se reducen los posibles efectos secundarios.

Tampoco las clínicas privadas de Castilla y León cuentan con esta tecnología que en otros países ha sido bautizada como “la radioterapia para ricos”

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