

Secciones
Destacamos
A la hora de comprender las explicaciones orales, en el manejo del vocabulario y en la capacidad que tienen para escribir y comprender lo que leen se aprecia que a los estudiantes universitarios les falta nivel. Así lo cree José María Lago, catedrático de Derecho Financiero de la Universidad de Salamanca con cerca de cuarenta años de experiencia que se manifiesta de acuerdo con las afirmaciones realizadas por el profesor de la Universidad de Granada Daniel Arias-Aranda.
“En parte se debe a los Bachilleratos que son más flojos, se ha ido a reducir contenidos y esfuerzos, y en parte a las nuevas tecnologías, porque los estudiantes ahora no leen, están todo el día pegados a las pantallas y esa falta de lectura se traduce en incapacidad para manejar el lenguaje, que para estudiar Derecho es fundamental”, comenta José María Lago y acusa a los alumnos de tener “una capacidad de esfuerzo baja, todo les parece mucho”.
Una situación que le ha llevado a ir quitando contenidos de sus materias, “cada vez me salto más cosas y aun así veo que no se enteran. El nivel, desde luego, desgraciadamente ha bajado”.
No todos los estudiantes presentan esas carencias. “Hay muchos tipos de estudiantes, no se puede meter a todos en el mismo saco, pero de un grupo de 100 te encuentras 20 muy aplicados, 30 que van a salir del paso como puede y 50 pasotas que andan trampeando. Yo sé que trabajo para los 20 primeros y para los otros 30 que a veces van por clase, mientras que el resto son como turistas, no aprovechan las clases, lo que me parece una falta de sensatez, pero estamos en la generación pantalla, la Biblia es la pantalla y lo que no está en la pantalla no existe”, comenta Lago que ha intentado adaptarse a la situación.
“Siempre he sido contrario a colgar los apuntes, pero como sé que andan por ahí circulando versiones de mis apuntes de calidad discutible, he decidido subirlos este año”, explica el catedrático que imparte clase en tercero y en cuarto del grado en Derecho y augura un alto porcentaje de suspensos en la próxima evaluación. “No hay presiones de ningún tipo para aprobar más o menos alumnos, pero cuando suspendes a muchos quedas como el bicho raro que no empatiza con los alumnos”, explica y en este sentido se muestra contrario a las afirmaciones de Arias-Aranda.
En cualquier caso, no piensa que se engañe a los alumnos. “No tenemos la obligación de regalarle nada a nadie, yo solo pido un poco de esfuerzo”, dice.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Sigues a Rosa Domínguez León. Gestiona tus autores en Mis intereses.
Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.
Reporta un error en esta noticia
Necesitas ser suscriptor para poder votar.