La primera paella masiva que da el pistoletazo de salida a las fiestas vecinales en Salamanca

Poco a poco la normalidad también vuelve a los barrios salmantinos, que vuelven a celebrar sus típicas fiestas vecinales tras el fin de las restricciones. Huerta Otea, que desde el jueves ha desarrollado un variado programa festivo, ha abierto camino con una actividad masiva al aire libre, una gran paella popular.

Aunque las fiestas de este barrio suelen celebrarse a finales de junio o en septiembre, este año han tenido que amoldarse a las circunstancias de la pandemia y las restricciones, y se han convocado en una fecha atípica. Pese a ello, la participación de los vecinos del barrio ha sido muy numerosa, al igual que la colaboración que han prestado los distintos negocios de Huerta Otea. “Este año ha habido mucha más gente que otros años, no solo del barrio”, decía Paloma García, una vecina de la zona.

Incluso, como iniciativa, un grupo de once familias ha creado una peña, y a partir de ella, otro grupo de chicas y otro de padres han creado dos más. “Es bueno retomar la cultura de las fiestas de los barrios”, añadía José Antonio Blázquez, miembro de la peña ‘La resistencia’.

En la jornada de este domingo, tras la misa castellana del mediodía, ha llegado el momento más esperado, la paella popular. “Se vendieron 400 tickets en una primera tanda y con la gran acogida finalmente se llegó hasta los 700”, explicaba José Antonio Blázquez.

“Los 400 primeros tickets volaron en seguida. Nosotras hemos estado todos los años y nunca se habían agotado así”, contaba Ana Rodríguez, otra vecina de Huerta Otea que siempre se junta con varias familias para comer la paella y admite que este año se han animado más amigos. Para amenizar la sobremesa, diferentes músicos vecinos del barrio subieron al escenario para poner el broche final a estas renovadas y multitudinarias fiestas vecinales.

“Huerta Otea es un barrio moderno, verde e inclusivo”, ha descrito la presidenta de la asociación de vecinos, Elena Rodríguez. Por ello, las fiestas también han sido diseñadas para todo tipo de públicos y con actividades para todos. Los niños han podido disfrutar de cabezudos, cuentacuentos y concurso de disfraces, además de hinchables, lo que más le ha gustado a Juan Pérez, uno de los muchos pequeños que se divirtieron durante todas las fiestas. Para los jóvenes y adultos, se programaron conciertos, disco móvil y un interesante debate sobre las ventajas y los peligros de las redes sociales.

En definitiva, han vuelto las fiestas vecinales a los barrios salmantinos tras meses sin ellas, y lo hicieron incluso con más entusiasmo y participación que antes.

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