La obra que evitará más desprendimientos en San Millán

Cuatro años después de que, tras una fuerte helada, se registrasen desprendimientos en la balaustrada de arenisca, y tras haber sido declarado desierto el primer procedimiento para contratar las obras de rehabilitación al no concurrir ninguna empresa, el Ayuntamiento de Salamanca ha adjudicado finalmente los trabajos para restaurar la parte alta de la antigua iglesia de San Millán, hoy centro de interpretación del patrimonio y urbanismo de Salamanca bajo el nombre de “Monumenta Salmanticae”.

Por resolución del tercer teniente de alcalde, Fernando Rodríguez, el pasado Lunes Santo el Ayuntamiento encargó a Estudio Métodos de la Restauración la actuación por 75.625 euros —IVA incluido—. De estos fondos, el Ministerio de Cultura aportará el 40% con cargo a la anterior convocatoria anual de ayudas para la conservación, protección y difusión de bienes declarados patrimonio mundial. Concretamente abonará 29.500 euros.

Fue tras la nevada del Día de Reyes de 2018 y las bajas temperaturas de los días posteriores cuando quedó en evidencia el mal estado en el que se encontraba la parte alta de este antiguo templo, hoy de titularidad municipal. La rampa de acceso a la iglesia desacralizada tuvo que ser precintada tras desprenderse fragmentos de arenisca de la balaustrada que la corona.

Las dimensiones de algunos de los cascotes eran “serias” y correspondían a fragmentos del mortero de las cornisas, posiblemente utilizado en las últimas restauraciones, señala el informe que los técnicos municipales elaboraron en aquel momento. Como medida preventiva, a la espera de la rehabilitación de este inmueble de la calle Veracruz con “protección” integral en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), se optó por proteger con una malla la parte superior de la construcción. Y así, permanece desde hace cuatro años.

San Millán, que desde hace doce años trata de ofrecer a los turistas una visión global del desarrollo arquitectónico y monumental de la capital del Tormes, fue una de las primeras iglesias románicas de Salamanca. Sin embargo, de esa época tan solo se conserva el ábside ya que en el siglo XVIII, bajo la dirección de García de Quiñones, se sometió a una profunda transformación. Aún así, es evidente su valor histórico y artístico.

Por ello, ante el incidente registrado en 2018, el Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Patrimonio, encargó un proyecto de rehabilitación que se culminó en los primeros meses de 2019. Sin embargo, no fue hasta mayo de 2021, tras más de un año de pandemia, cuando el Ayuntamiento aprobó mediante resolución de Alcaldía esta intervención. Previamente quiso contar con apoyo del Estado para acometer esta actuación. Y, aunque había solicitado 50.000 euros, finalmente el Ministerio de Cultura le reconoció en junio de 2021 una subvención de 29.500 euros con cargo a las ayudas anuales de conservación y promoción de bienes de interés cultural. Fue tras ese verano, en septiembre del pasado año, cuando el Consistorio licitó por primera vez el contrato para acometer estos trabajos de rehabilitación. Y solo dos meses después, este concurso público fue declarado desierto “al no presentar oferta ningún licitador”.

Sin variar el presupuesto de ejecución, optó el Gobierno municipal por un contrato negociado sin publicidad al que tres empresas han presentado ofertas, y a una de las cuales se le ha adjudicado la pasada semana. Si no se producen nuevos retrasos, las obras podrán comenzar en las próximas semanas. La previsión es que se alarguen un máximo de cuatro meses, por lo que podrían estar concluidas el próximo otoño.

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