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Miércoles, 27 de octubre 2021, 22:37
Castilla y León se suma a otras comunidades autónomas que ya se plantean el uso de un ‘pasaporte covid’ para limitar el acceso de las personas no vacunadas en aquellos ámbitos en los que se detecte que hay más riesgo de contagios. Se trata de una medida que persigue un doble objetivo: el de incentivar la vacunación entre aquellos grupos que después de muchos meses de campaña no han querido inmunizarse, y también el de evitar situaciones de riesgo que se traducen en más brotes, posibles ingresos y fallecimientos.
El vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, avanzó esta semana la posibilidad de implantar en la Comunidad la exigencia de presentar un certificado de vacunación en algunos sectores, pero lo hizo más como una reflexión en voz alta que como un comunicado oficial. Aunque hasta ahora el gobierno regional no se había declarado nunca especialmente partidario de esta herramienta, el portavoz de la Junta reconoció que el pasaporte covid “puede funcionar” en este momento en el que “ya se ha vacunado todo el que ha querido”.
Fuentes de la Junta de Castilla y León apuntan a este diario que la implantación del pasaporte covid “no está ahora mismo en la agenda inmediata”, pero sí tienen claro que “antes de volver a imponer restricciones de manera generalizada a toda la población, es preferible limitar las restricciones a las personas que no están vacunadas”.
La Junta condiciona el uso de esta fórmula a una situación de descontrol que, reconoce, actualmente no existe. De hecho, se están aplicando medidas para que esto no suceda como la tercera dosis de la vacuna a los mayores de 70 años, o la recién tomada decisión de aplicar dosis de refuerzo a los vacunados con Janssen.
El ‘pasaporte covid’ no es otra cosa que el documento que acredita haber recibido la pauta completa de vacunación, aunque a la hora de viajar a otros países también se llega a aceptar como certificado covid una prueba PCR realizada en las últimas horas y con resultado negativo.
Murcia es una de las comunidades que ha implantado recientemente este pasaporte y el resultado ha sido un aumento del 40% en el número de vacunas administradas. Tras varias semanas de tendencia decreciente en el número de pinchazos, en los últimos siete días se pusieron 1.000 primeras dosis más que en la semana anterior.
Cataluña es otra de las autonomías que acaba de reconocer su intención de utilizar esta fórmula en gimnasios, restaurantes y cultura -además de ocio nocturno-, como ya se hace en otros países de Europa, en los que se exige presentar el certificado, generalmente en la pantalla del móvil.
Galicia exigió en agosto presentar el pasaporte covid a los peregrinos que entraban por el Camino de Santiago y la pasada semana ha obtenido el aval del Tribunal Superior de Justicia para imponer esta norma (certificado de vacunación o prueba diagnóstica negativa) también en todo el ocio nocturno.
En cambio, otras regiones como Canarias o Andalucía ya intentaron implantar la medida y se toparon con la negativa de sus respectivos TSJ por “vulnerar el derecho a la intimidad y el principio de no discriminación”.
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