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Viernes, 21 de agosto 2020, 01:44
LA GACETA REGIONAL nació el 20 de agosto de 1920 de la mano de Editorial Salmantina, una sociedad anónima constituida por 196 accionistas, cuyo primer presidente fue el catedrático de Geometría Analítica de la Universidad de Salamanca, Emilio Román Retuerto. Dirigido durante sus primeros cuatro meses de vida por el abogado palentino Buenaventura Benito, el periódico vino a defender los principios del Orden Social -Religión, Autoridad y Patria-. Lo cierto es que muchos de sus promotores pertenecían a la Federación Católico-Agraria Salmantina, por lo que la defensa del catolicismo y de los intereses agrarios estuvo siempre presente en sus páginas.
Apareció como vespertino, en formato tabloide, al precio de 10 céntimos y con una tirada superior a los 2.000 ejemplares que salían a diario desde sus instalaciones en un edificio que antaño fuera la iglesia de San Isidoro y que posteriormente albergó el Círculo Tradicionalista.
El baile de directores de sus primeros cuatro años de vida -Fernando Íscar Peira, Francisco Sastre, Enrique Lagasca, Pablo Sánchez Enciso, José Cimas Leal, Nicolás García Carrasco- demuestra las enormes dificultades económicas que tuvo que atravesar el periódico. Para solventarlas, el banquero Matías Blanco Cobaleda se hizo con la mayoría de las acciones y transformó la sociedad editora en una empresa denominada Sucesor de Editorial Salmantina.
La influencia del banquero Matías Blanco Cobaleda
Con una visión más empresarial, Blanco Cobaleda adquirió la fábrica de bolsas e imprenta que Silvestre Ferreira tenía en la calle Padilleros y trasladó allí el periódico. Para darle más calidad literaria, puso al frente de la dirección a su sobrino Manuel García Blanco, a quien le tocó lidiar en los convulsos tiempos del advenimiento de la Segunda República. Fue una época muy dura para el rotativo porque sufrió los efectos de la censura en más de una ocasión. A raíz del intento de golpe de Estado del general Sanjurjo, llegó a estar incluso 27 días sin llegar a su cita diaria con los lectores por orden gubernamental.
García Blanco se marchó a trabajar a América y ocupó su puesto Domingo Sánchez Hernández, bajo cuyo mandato desde el propio periódico se creó el Bloque Agrario Salmantino, con el que se intentó influir sin éxito en el resultado de las elecciones generales de 1931. En esa época se modernizó la maquinaria con la adquisición de una rotoplana Duplex norteamericana con una gran capacidad de tirada.
Tras el fracaso de los sectores conservadores en España, apareció una figura que intentó aglutinarlos. Se trataba del político salmantino José María Gil Robles, quien estaba muy relacionado con “Editorial Católica”, empresa que creó una red de periódicos con los que intentó influir en la sociedad de muchas provincias españolas. Y Salamanca no fue una excepción. El periódico anunció en octubre de 1931 que pasaba a manos de una nueva empresa editora, ‘Editorial Salmantina’ cuyos principales accionistas -aunque no mayoritarios- eran precisamente José María Gil Robles y la propia Editorial Católica.
Un periódico de partido con Gil Robles
En ese momento, LA GACETA REGIONAL se convierte en un auténtico periódico de partido defendiendo a ultranza a la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) y a su líder Gil Robles, que compaginó la presidencia del partido y la del consejo de administración del periódico. Meses después llegó a la dirección del periódico Ángel Regueras Galende, quien pasó de forma efímera por la redacción puesto que fue condenado a 8 años de cárcel por la publicación de un insignificante artículo en el que se criticaba al presidente de la República por la expulsión de los jesuitas de España. Le sustituyó en el cargo José Cimas Leal y a éste Eduardo Jiménez del Rey, que convirtió en matutino al rotativo.
Al ganar las elecciones generales la CEDA, Editorial Castellana lanzó una ampliación de capital y quiso modernizar el periódico. De hecho, de su mano llegaron los primeros teletipos que se vieron en Castilla y León, se trasladó el rotativo a unas nuevas instalaciones en la plaza de la Fuente, donde se instalaron las primeras cuatro linotipias que tuvo el periódico. De poco sirvió. El triunfo del Frente Popular en las elecciones de 1936 trajo unos meses durísimos para el periódico que sufrió constantemente los efectos de la censura.
El golpe de estado del general Franco no pilló de sorpresa al periódico. De hecho, su redactor jefe, Francisco Bravo, estaba encarcelado aquel 18 de julio de 1936 por haber protagonizado movimientos contrarios a la República, tras haber fundado la Falange en Salamanca. LA GACETA acogió con agrado el levantamiento militar y rápidamente se puso al servicio de los sublevados, que dominaron desde el principio la provincia de Salamanca.
Durante los años de la Guerra Civil, el periódico lanzó las mayores tiradas de su historia, puesto que las máquinas trabajaban prácticamente las 24 horas del día para surtir de ejemplares a los combatientes en el frente. Con Franco y su cuartel general en Salamanca, la Oficina de Prensa y Propaganda, encabezada por el general Millán Astray, nombró director de LA GACETA a Juan Aparicio, quien llevó las riendas del periódico durante toda la contienda hasta que en 1941 fue nombrado Delegado Nacional de Prensa. Lo sustituyó Francisco Bravo, el director que más tiempo ha durado en el cargo hasta el momento y que llegó a compaginarlo incluso con la Alcaldía de Salamanca durante un año.
Prensa del Movimiento salva al periódico de la desaparición
La posguerra fue complicada. Apenas había papel y se lanzaron periódicos de solo una hoja incluso. José María Gil Robles había abandonado el país y fue el banquero Matías Blanco Cobaleda quien continuó en la sombra solucionando cuantos problemas económicos se presentaron hasta su fallecimiento. Fue un duro golpe. En los meses posteriores, LA GACETA estuvo al borde de la desaparición. Por fortuna, el gobernador civil de la época, José Luis Taboada, y el propio Francisco Bravo hicieron las gestiones necesarias para que fuera adquirido en 1957 por Prensa del Movimiento, la cadena estatal de periódicos del régimen franquista.
En 1968, la Secretaría General del Movimiento vendió el inmueble sobre el que se asentaba el periódico para hacer viviendas y la redacción tuvo que trasladarse a la Ronda del Corpus. Cinco años después, se estrenaban instalaciones en la calle Peña Primera con una moderna rotoplana duplex, nuevas linotipias y máquinas tituladoras y fundidoras.
A la muerte de Francisco Bravo, cogió las riendas de la redacción Jesús Prado, uno de los mejores directores que ha tenido el periódico a pesar de haber estado apenas dos años al frente de él. Después vino Nicolás Dorado, que pasará a la historia por sus fantásticas crónicas de caza bajo el seudónimo “El Guarda mayor” y con quien el periódico entró en la democracia. Al morir en accidente de tráfico, en 1981 Teófilo Gutiérrez asumió la dirección, pero apenas duró dos años en el puesto, ya que con la llegada del PSOE al poder fue sustituido por José Luis Vicente Mosquete.
Con GRUPOSA llegó el éxito
Pero los periódicos de lo que ahora era Medios de Comunicación Social del Estado eran un pozo sin fondo de pérdidas y el Gobierno de Felipe González quería deshacerse de ellos como fuera. Y los subastó. El primer periódico que consiguió venderse fue precisamente LA GACETA REGIONAL. Fue en 1984, cuando un nutrido grupo de empresarios y profesionales de diversos sectores sociales de Salamanca se unió para crear Grupo Promotor Salmantino, S.A., una nueva empresa con cerca de 200 accionistas. La historia se repetía. Animados por Francisco Rodríguez Pérez, compraron el periódico y pusieron al frente de la redacción al periodista Íñigo Domínguez de Calatayud.
Y se obró el milagro. El periódico comenzó a dar ganancias al año de estar en manos privadas y comenzó recuperar terreno en difusión sobre su eterno rival “El Adelanto”. Fue el primer rotativo de Salamanca en salir los lunes, comenzó una brillante política de promociones y de acciones de marketing de la mano de su entonces gerente y ahora director general, Jaime González Lucas. Destacó por su defensa de todos los intereses de Salamanca. Potenció la información deportiva. Incluso experimentó con el color de la mano de Alfredo Blasco, quien estuvo al frente del rotativo durante los 8 meses en que estuvo fuera Domínguez de Calatayud entre 1987 y 1988. En tanto solo tres años, LA GACETA se aupó al liderato de la prensa provincial.
Al cumplir los 75 años de vida, el periódico se trasladó a unas modernas instalaciones en la avenida de los Cipreses, donde todavía continúa su andadura. Allí instaló una moderna rotativa alemana capaz de lanzar hasta 30.000 ejemplares a la hora. Y comenzó a distribuir la revista Pronto los domingos, y a lanzar suplementos como el infantil Azuniños o el de ocio y cultura ESCAPAraTE, o LA GACETA DE LA ESCUELA, o el Dominical. Y reforzó sus tradicionales suplementos de Toros y de Campo, el cual fue reconocido con el premio Alimentos de España. En sus mejores años llegó a vender una media de 15.000 ejemplares diarios, cifra que se duplicaba los domingos.
Además, en 1996 creó la Fundación Gaceta, una institución nacida para el fomento, la promoción, el estudio y la divulgación de la cultura, historia, tradiciones y economía de la provincia y la ciudad de Salamanca en todas sus manifestaciones artístico-culturales. Ahí están sus concursos de relatos, de Jóvenes Pintores, de Pintura al Aire Libre, sus conferencias en el Aula Gaceta, por donde han pasado los más conocidos periodistas, escritores y políticos españoles, sus becas, sus ayudas a la recuperación del patrimonio histórico de la Universidad...
En estos momentos, LA GACETA es un medio de comunicación global. Es el único periódico de Salamanca vivo y segundo en difusión de Castilla y León. Y su edición digital, creada hace ahora veinte años, es líder indiscutible de la prensa digital de la provincia.
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