La dramática despoblación de Salamanca vista por los expertos

La caída de la población en Salamanca en el primer semestre ha mostrado la influencia de la pandemia aunque, como bien recuerda Alberto del Rey, demógrafo y profesor de la Universidad de Salamanca, lo que ha provocado el coronavirus es “acentuar el problema que arrastra la provincia desde hace tiempo”. La consecuencia más evidente es la de las defunciones, que de enero a junio crecieron un 50% en comparación con el mismo periodo del año anterior. “La pandemia por ahora está teniendo un efecto puntual. La evolución de la provincia apunta a que cada año haya más muertes porque cada vez hay más población mayor. Lo que ha provocado el COVID es que en 2020 ese incremento sea superior al de ejercicios anteriores y a los venideros seguramente”, apunta.

El impacto en los nacimientos todavía resulta demasiado pronto para notarlo. No obstante, Alberto del Rey señala que Salamanca muestra una tendencia descendente que continuará en 2021, ya que es en este año cuando se notarán las decisiones de muchas parejas en 2020 de renunciar o aplazar tener un hijo por la crisis económica generada por la pandemia. En este apartado, el demógrafo muestra cierto optimismo. “Cuando suceden hechos coyunturales como el del coronavirus, suele haber posteriormente un efecto rebote. Lo más seguro es que en 2021 haya una importante reducción de nacimientos, pero puede que en 2022 o 2023 se registre un aumento de bebés porque hay parejas que han pospuesto ser padres hasta que la situación económica mejore”, resalta. Además, Alberto del Rey considera que Salamanca está cerca de alcanzar ya una cierta estabilidad en los nacimientos tras años de caídas. “El número de mujeres en edad reproductiva ha bajado mucho, pero ya estamos cerca de tocar fondo”, subraya.

La estabilidad del número de nacimientos anuales que se vislumbra a medio plazo en la provincia contrasta con el progresivo aumento de la mortalidad, lo que supondrá que el declive demográfico de Salamanca continúe durante los próximos años, más allá del coronavirus. En lo que sí influye la pandemia, remarca Alberto del Rey, es en otros factores que pueden ayudar a amortiguar esa diferencia entre muertes y recién nacidos. “El virus ha frenado las migraciones, apenas han entrado o salida personas de la provincia, por lo que habrá que ver cómo influye en un futuro la evolución de la crisis económica. Por ejemplo, es importante conocer si a raíz de lo sucedido en el último año hay personas que deciden dejar las grandes ciudades, como Madrid, para teletrabajar desde provincias como Salamanca. De momento, y a falta de datos oficiales, este tipo de casos me parecen excepcionales hoy por hoy”, indica.

Más allá de estos apuntes, Alberto del Rey afirma que resulta muy difícil predecir lo que puede ocurrir en los próximos meses. El desarrollo de la vacunación va a ser clave, ya que la situación económica está marcada por sus avances. Las políticas de las administraciones y las empresas sobre la conciliación en un momento en el que los sistemas de trabajo han cambiado también influirán. “Es momento de adoptar medidas que ayuden a la conciliación, como han puesto en marcha países como los nórdicos, para favorecer la natalidad”, recuerda.

Uno de los factores que más ha influido en la brusca caída de la población en Salamanca en el primer semestre de 2020 ha sido la llegada de inmigrantes extranjeros, que se ha desplomado. Su evolución en un futuro a corto plazo, clave para amortiguar el declive demográfico de la provincia, resulta complicado de precisar en la actualidad, tal y como afirma Mikolaj Stanek, profesor de Sociología en la Universidad de Salamanca y experto en este tipo de fenómenos. “Las migraciones son muy difíciles de predecir. Se trata de procesos muy sensibles al cambio de ciclo económico y también a las políticas que pongan en práctica los países en esta materia”, explica, además de añadir que la pandemia representa un gran obstáculo para el movimiento de personas por las fronteras nacionales.

Mikolaj Stanek señala que los movimientos migratorios tienen cierta dinámica y direccionalidad. “Los migrantes llegan primero a los grandes centros urbanos —como Madrid— y luego se dispersan. Para algunos Salamanca sería un foco de atracción, pero la actividad económica ahora mismo se encuentra a medio gas, por lo que no resulta tan interesante”, indica. El profesor de la Universidad de Salamanca recuerda que en momentos de crisis en los que el mercado laboral se ve afectado, “los migrantes son los primeros en sufrir el desempleo y luego los que más tardan en recuperarlo”. De ahí que las perspectivas sean poco halagüeñas para la provincia. “Todavía es pronto para saber cómo será la recuperación cuando llegue. Y en una provincia como Salamanca, sectores como el turismo y la hostelería han salido muy perjudicados y son muy importantes, ya que dan empleo a muchos migrantes. La situación actual es muy negativa como demuestra la Encuesta de Población Activa”, destaca.

Una de las claves del aumento de la actividad económica reside en cómo se desarrolle la vacunación, apunta Mikolaj Stanek. Y no solo de cómo transcurra en España, también en los países de origen de los migrantes. “No sabemos cuál es la situación en América Latina y África, de donde provienen muchos de ellos. Hay que tener en cuenta que la vacunación puede acabar generando nuevas desigualdades entre los países más ricos y los más pobres, ya que estos últimos van a tener más problemas para conseguir vacunas y, por lo tanto, sus habitantes tendrán más dificultades para desplazarse a otros países”, subraya.

La vacunación, por lo tanto, influye en los tres ámbitos claves para los movimientos migratorios. Por un lado por lo que está sucediendo en los países emisores, generalmente con escasos recursos públicos. Por otro, en lo que ocurra en España y Salamanca, ya que una rápida inmunización de la población permitirá reactivar la economía antes y acelerar las contrataciones. Y el tercer factor será la política migratoria que establezcan los países, resume el profesor universitario.

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