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Martes, 26 de mayo 2020, 18:59
El sábado por primera vez en más de dos meses, Marta Sánchez Martín y Carlo Bua disfrutaron de una terraza en Brescia (Italia), una de las zonas más afectadas por el coronavirus. Viven en Rezzato, un pueblo pegado a esta ciudad al que llegaron en enero tras una temporada en Australia. Cuando iban a empezar a trabajar Lombardía fue declarada zona roja.
“La desescalada está siendo un poco más lenta que en España. Aquí el 4 de mayo quitaron la restricción de no poder alejarte a 200 metros de casa y ya se podía salir del pueblo en el caso de que alguien trabaje fuera de la provincia y hacer deporte individual con mascarilla”, explica el joven italiano y añade que así han estado dos semanas. El lunes pasado ya pudieron ir a ver a amigos, siempre con mascarilla y distanciamiento social. A diferencia de España, no han puesto mínimo de personas, sino que apelan al sentido común. “En la provincia de Brescia ha habido muchos muertos, ha tocado de cerca a todo el mundo. Nuestros amigos casi todos han estado malos”, incide y recuerda que la seroprevalencia es del 11%. Además, explica que hasta el 3 de junio no está previsto que haya movilidad entre regiones y hace solo una semana que abrieron hostelería, peluquerías y el pequeño comercio, así que a Marta y Carlo les sorprende lo rápido que, a su juicio, va España.
Otra diferencia importante de la desescalada italiana respecto a la española es que, explican que no se hace por regiones, sino que las medidas se van llevando a cabo en todo el país a la vez. “Las industrias no están funcionando al 100%, el lunes pasado empezaron a tener actividad, pero a bajo nivel. Hasta otoño no estarán a tope en ningún caso y muchas empresas ya han anunciado que hasta septiembre no se va a volver a la sede empresarial”, comentan y aunque creen que la gente está teniendo cuidado, reconocen que hay excepciones como las escenas del viernes por la noche en la plaza principal de Brescia, con mucha gente y sin distanciamiento social, de forma que el alcalde ha ordenado cerrar los bares a las 21:30 para evitar que la situación se repita.
Este verano viajarán por Italia y Marta también quiere visitar a su familia en Salamanca.
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