La construcción coge aire: “A corto plazo no vemos más subidas”

Los materiales de construcción han estabilizado sus precios en las últimas semanas después de meses anotando subidas semanales, en ocasiones varias en el periodo de siete días. “Atendiendo a las cartas que recibimos de los proveedores vemos que desde hace 15 o 20 días no hay más encarecimientos”, señala el presidente de la Asociación de Empresarios Salmantinos de la Construcción, Obras Públicas y Auxiliares (AESCON), Manuel Prieto. Considera este hecho un avance, aunque los precios continúen en sus cotas las altas: “al menos no suben más”.

Esto otorga más estabilidad a los presupuestos que se firman con los clientes, ya que hasta ahora las continúas alzas impedían asegurar los precios de las obras a corto plazo. Con respecto a hace un año los ladrillos cuestan un 300% más y el hierro el doble, según los datos que maneja la agrupación de constructores. “En términos globales las obras cuestan un 30% o 35% más que hace 12 meses”, calcula Prieto.

Aunque el Ministerio aprobó que los ayuntamientos que lo desearan elevaran las contrataciones entre un 5% y un 20% para compensar estos encarecimientos, de tal modo que no quedaran obras sin ejecutar por falta de beneficios por parte de las empresas, lo cierto es que apenas ha tenido repercusión en el sector. “Los incrementos se han autorizado solo para algunos materiales, como el aglomerado o el hormigón, por lo tanto la norma afecta a pocos proyectos”. Además el representante del colectivo defiende que tampoco se obliga a los consistorios a aplicar esta subida.

Cabe destacar que el incremento de los precios de los materiales de construcción comenzó el año pasado con la rotura de “stock” en las cadenas de suministro, especialmente cuando tras la pandemia se retomó con fuerza la actividad a nivel mundial, de tal manera que las fábricas —que habían estado paradas por las restricciones de la covid— no tenían suficiente producto en los almacenes.

Esta subida se añade a la posterior de la energía, especialmente después del inicio de la invasión de Ucrania, y del transporte por el incremento de los precios de los combustibles.

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