La Junta está decidida a darle una segunda vida al Virgen de la Vega y Materno-Infantil

El futuro del Hospital Virgen de la Vega y del Edificio Materno-Infantil ha virado en los últimos meses y la opción más probable a día de hoy es que la Junta de Castilla y León no los devuelva a su propietario -la Tesorería General de la Seguridad Social-, sino que los continuará aprovechando con usos relacionados con la actual actividad.

A finales del pasado año se empezó a debatir en profundidad sobre qué hacer con ambos hospitales cuando los futuros bloques K y L -el llamado edificio de consultas del nuevo Hospital- estén finalmente construidos, algo que previsiblemente sucederá a mediados del próximo 2026. Una de las conclusiones alcanzadas era que los nuevos bloques que ahora se están construyendo suman más metros cuadrados de superficie que cuando existían el Clínico, Virgen de la Vega, Materno Infantil y Ambulatorio.

Las necesidades para el Complejo Asistencial de Salamanca parecían cubiertas y, como apuntó este diario, se consideraba una opción coherente devolver los viejos hospitales para que el Gobierno de España decidiera qué hacer con ellos. De hecho, el pasado mes de febrero LA GACETA ya informaba de que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones estaba realizando visitas a distintos edificios de la capital salmantina en busca de posibles instalaciones que podrían transformarse en centros de acogida para inmigrantes. Algunos de los edificios visitados por técnicos del Ministerio fueron, precisamente, el Hospital Virgen de la Vega y el Materno-Infantil, aunque donde se llegaron a iniciar trabajos con este fin fue en la antigua residencia de mayores de San Juan de Sahagún, en la carretera de Ledesma.

En cualquier caso, todo hace indicar que este escenario ni se va a llegar a plantear porque sobre la mesa de la Junta de Castilla y León hay diversos proyectos de uso para ambos edificios. Una amplia lista de propuestas y solicitudes que permitirían albergar nuevas zonas de investigación, laboratorios, docencia, centros de día, servicios ambulatorios, unidades de estancia media -entre un ingreso y el regreso a casa- o importantes proyectos de investigación que requieren de una sede.

La noticia sobre el incierto futuro de ambas infraestructuras generó también una reacción entra la ciudadanía, que aboga abiertamente por mantener 'vivas' dos instalaciones históricas para la capital. Los propios usuarios han sugerido nuevos usos como servir de alojamientos para acompañantes de pacientes ingresados que proceden de fuera de la provincia, así como de residencia temporal para personal sanitario con contratos temporales o de corta estancia.

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