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Juan Manuel Castro, vicerrector de Estudiantes. ALMEIDA
Juan Manuel Castro, vicerrector de internacionalización y estudiantes de la Pontificia: “En esta época tan dura, reaccionamos muy rápido para sensibilizar y ayudar”

Juan Manuel Castro, vicerrector de internacionalización y estudiantes de la Pontificia: “En esta época tan dura, reaccionamos muy rápido para sensibilizar y ayudar”

La Universidad Pontificia se ha convertido en un referente en acción social y voluntariado. La institución ha abierto sus puertas a los refugiados ucranianos para enseñarles lengua y cultura española de forma gratuita

Viernes, 6 de mayo 2022, 23:48

La responsabilidad y la acción social es algo inherente a la Universidad Pontificia de Salamanca, patronador del IX Foro GACETA de la Solidaridad. En una época dura tras una pandemia, la invasión de Rusia sobre Ucrania o la catástrofe humanitaria del volcán de La Palma, la institución se ha volcado para transmitir la solidaridad.

–¿En qué pilares se asienta la responsabilidad social de la Universidad Pontificia?

–Somos una Universidad católica, humanista que ya desde nuestra propia identidad estamos obligados en nuestra filosofía, misión y visión. Estamos marcados por un compromiso social que intentamos transmitir y que sea integral a todos los servicios, facultades y acciones que desarrollamos en la Universidad. Las acciones no parten desde un único núcleo, desde una posición central, sino que se manifiestan a través de todos los servicios que tenemos. Nuestra punta de lanza es nuestro servicio de voluntariado.

–¿Cómo se vertebra la acción de los voluntarios?

–Nuestro servicio de Voluntariado ahora mismo cuenta con un centenar de alumnos que trabaja con asociaciones, ONG de la ciudad. También en las campañas que hacemos dentro de la propia Universidad para temas puntuales y que están activos durante todo el año, u otro grupo de alumnos que se van involucrando en distintas acciones puntuales.

–¿Y la labor asistencial sobre los ciudadanos?

–También tenemos servicios asistenciales para ayudar en el ámbito local a los ciudadanos como parte del compromiso social y la responsabilidad, que consideramos que tenemos que tener con la ciudad. Dentro de estos, disponemos de un servicio de Atención Psicológica Sanitaria que recibe a personas de la ciudad, hecho para nuestra comunidad universitaria, pero que también acoge a personas con pocos recursos para ayudarles. Por otro lado, el Centro de Orientación Familiar recibe a personas de la ciudad con problemas relacionados con el ámbito de la convivencia, pareja, conflictos familiares y además de asistencia al duelo. Tenemos un Servicio Clínico de Logopedia que atiende a personas con problemas de dicción oral y sobre todo a niños, pero también a adultos con personas de hasta 80 años para evaluaciones logopédicas e intervenciones. Nos nutrimos de nuestros propios profesores y alumnos donde se siguen formando para ser futuros logopedas; muestra el carácter social que tenemos. Además, todos los servicios tienen acciones como, por ejemplo, el de Deportes que organiza su San Silvestre Solidaria donde recogemos fondos para Cáritas y acciones sociales.

–¿Cuál ha sido el papel de la Universidad Pontificia para ayudar a la comunidad ucraniana?

–Actualmente, nuestro servicio de Lengua y Cultura Española está dando cursos de español de forma gratuita a todas las personas refugiadas de Ucrania que vienen desplazadas por el conflicto. Ahora mismo tenemos casi un centenar de alumnos a los que estamos dando clases de forma completamente gratuita para ayudarles en su integración social y mejorar las posibilidades de incorporarse al mercado laboral. Rapidamente, cuando estalló el conflicto mostramos nuestra repulsa con una concentración y un manifiesto a las puertas de nuestra Universidad. Enseguida empezamos a tomar acciones. La primera fue del servicio de Lengua y Cultura para acoger a alumnos que querían aprender español, pero también nos hemos puesto en contacto con la Universidad Católica de Ucrania para recibir estudiantes y profesores tanto de esa universidad como de otras universidades identitarias. Muchas van a tener que cerrar o cambiar mucho sus condiciones de estudios. Estamos en contacto con ellos para ver las necesidades que tienen. Se les ha hecho una oferta de alumnos y profesores que podemos acoger. Desde el servicio de Voluntariado se hizo también una campaña de recogida de donativos para los afectados por la guerra y se trabajó con el colectivo de ucranianos en Salamanca para dar materiales en el primer momento.

–La comunidad universitaria se ha mostrado sensible ante la pandemia, el volcán de La Palma, la guerra en Ucrania.

–Es algo que consideramos como un acto de responsabilidad social. Es algo lógico y normal en cualquier universidad, pero en nuestro caso, por nuestras raíces y la vocación católica, somos más sensibles. En esta época especialmente dura tanto en la pandemia, el volcán de la Palma o la guerra de Ucrania hemos reaccionado muy rápido para sensibilizar y mover a nuestros profesores, alumnos y PAS en este tipo de campañas. Con el volcán, se hizo rápidamente una campaña de recogida de donativos. Con la pandemia, hemos intentado realizar acciones durante el confinamiento más puntuales a distancia. El servicio de Voluntariado creó un grupo de apoyo mutuo para atender las necesidades de la comunidad, pero en el momento que se pudo reincorporar hemos ido trabajando con aquellas asociaciones más afectadas por la pandemia. Los temas psicológicos ha incrementado por la necesidad de ayuda. El Servicio de Atención Psicológica ha aumentado espectacularmente y ha atendido más de 3.000 consultas porque ha crecido mucho la necesidad de tratar temas psicológicos. El servicio de Voluntariado se ha volcado con los temas que han emergido por la pandemia. También hemos trabajado con el Teléfono de la Esperanza.

–¿Qué importancia tienen las acciones en materia de igualdad y no discriminación?

–Hay aspectos que no parece que sean tan urgentes y llaman tanto la atención que debemos de tratar del mismo modo. Tenemos una Unidad de Igualdad para mantener unos valores de igualdad de género que consideramos fundamentales y hay otros aspectos de convivencia social, antiviolencia, antiacoso que se trabaja mucho desde la Facultad de Educación con el cyberacoso y el bullying.

–¿De qué acción social se sienten más orgullosos?

–Como colectivo, todos trabajamos de forma común y conjuntamente para dar salida a nuestras inquietudes sociales y generar el compromiso. El hecho de que no estemos centralizados en un solo órgano y sea todo a través de las facultades y servicios es lo idóneo. Lo que más me enorgullece de la Universidad Pontificia de Salamanca es que de cualquier servicio surjan iniciativas de forma constante.

Contenido patrocinado por la Universidad Pontificia de Salamanca

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