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Una inyección económica de 1,6 millones de euros —procedentes de los fondos europeos Next Generation— va a permitir a Sacyl incorporar un novedoso sistema de inteligencia artificial para la interpretación de mamografías. Un avance que no solo se traducirá en un ahorro de tiempo para profesionales y pacientes, sino que también podría facilitar un recorte de ciertos gastos para Sacyl.
La Consejería de Sanidad tuvo que recurrir el pasado año a empresas externas para subcontratar la lectura e informe de cientos de miles de mamografías y contrarrestar así el actual déficit de radiólogos en el Sistema Nacional de Salud.
Durante 2024 se licitó un contrato de 1,75 millones de euros para la realización de 250.000 lecturas e informes de mamografía en la sanidad privada: unas 52.000 pruebas durante la segunda mitad de 2024, otras 125.000 durante el año 2025 y algo más de 72.000 en la primera mitad de 2026.
Este apoyo externo buscaba descongestionar, sobre todo, el programa de cribado de cáncer de mama, que se realiza a mujeres con edades comprendidas entre los 45 y los 74 años.
Aunque las mamografías para el cribado se practican en centros sanitarios de toda la Comunidad, la posterior interpretación de las imágenes y su informe estaban centralizados en el Hospital Río Hortega desde el año 2013, lo que en muchas ocasiones se traduce en situaciones de colapso.
El cribado de cáncer de mama se instauró en Castilla y León en 1992 y se basa en la utilización de mamografías 2D y un sistema de «doble lectura» realizado por radiólogos. Solo durante 2023 se realizaron en la Comunidad 122.193 mamografías, de las que 7.503 (6,14 %) arrojaron un resultado sospechoso positivo y fueron derivadas a Atención Hospitalaria para un diagnóstico final.
La memoria justificativa para la implementación de la inteligencia artificial explica que el cribado de cáncer de mama está limitado por «la alta carga de trabajo derivada del elevado número de mamografías y del procedimiento de doble lectura utilizado». Sin duda, la doble lectura —la opinión de dos profesionales diferentes— garantiza una mayor fiabilidad en los diagnósticos, pero se ve obstaculizada «por la falta creciente de radiólogos».
En este contexto, la Gerencia Regional de Salud encuentra en el mercado «soluciones comerciales vinculadas al apoyo al diagnóstico en mamografías que podrían dar respuesta a las necesidades detectadas». En concreto, un «software de ayuda al diagnóstico clínico basado en el análisis de las mamografías con algoritmos de inteligencia artificial».
La inteligencia artificial reduciría la carga de trabajo de los radiólogos, disminuiría los tiempos de lectura, facilitaría la detección de anomalías, priorizaría los casos a revisar y ayudaría a descartar pruebas mamográficas normales. «Incluso permitirá ampliar la población diana para mejorar la prevención».
El documento de licitación establece un plazo de ejecución de cinco meses y un día desde el 30 de junio de 2025, de modo que la implantación debería ser una realidad el 30 de noviembre de este año.
Al mismo tiempo, la Consejería de Sanidad también está trabajando en la incorporación de otro asistente de inteligencia artificial muy similar al de las mamografías, pero aplicado, en este caso, a la interpretación de radiografías de tórax.
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