Más de una decena de personas, muchos de ellos de origen extranjero, haciendo cola a las puertas de la Subdelegación del Gobierno.

Los inmigrantes que logran la nacionalidad se duplican en un año en Salamanca

Antes de lograr el permiso de residencia, pasan más de 2 años sin papeles, tiempo que se ha reducido a una cuarta parte desde 2019

C. R.

Salamanca

Domingo, 9 de junio 2024, 07:42

Convertirse en ciudadano español no es tarea fácil para quien no nace siéndolo. Es necesario demostrar una buena conducta cívica, suficiente grado de integración en la sociedad española y haber residido en España de forma legal y continuada por un largo plazo de tiempo. Se exige, al menos, un año a los nacidos en España, los casados con un español, y a los hijos, nietos o viudos de españoles de origen, entre otros casos. No la obtendrán los nacionales de origen de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Portugal y sefardíes que no hayan vivido al menos 24 meses en España. Cinco años se piden a quienes tengan la condición de refugiados, y diez al resto. Son los requisitos indispensables para obtener la nacionalidad española y, desde 2015, el grado de integración se acredita superando tanto un examen para la obtención de un diploma español como lengua extranjera, como una segunda prueba que valora el conocimiento de la Constitución y la realidad social y cultura españolas. El pasado año, en Salamanca 772 lograron la nacionalidad española, según los datos del Observatorio Permanente de la Inmigración dependiente del Ministerio de Inclusión. Fueron más del doble que en 2022 (357) y la cifra más alta registrada en la última década, solo superada en 2013, cuando se puso en marcha un primer plan de choque para dar solución al atasco en la tramitación y la resolución de los expedientes de nacionalidad por residencia. En 2021, el Gobierno de Pedro Sánchez, a través del Ministerio de Justicia, anunció una iniciativa similar para aligerar la congestión con una inversión superior a los 1,8 millones de euros.

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Más de la mitad de las inmigrantes que lograron la nacionalidad española el pasado año proceden de cuatro países: Venezuela, Honduras, Marruecos y Colombia. Pero no siempre ha sido así. El pasado año ha sido el primero en el que los venezolanos han encabezando este ránking. La inestabilidad e inseguridad de sus país de origen ha hecho que se disparen las cifras de las personas que llegan desde él a Salamanca, como ha empezado a ocurrir también con los peruanos. Pero si se atiende al balance de los últimos quince años, el grupo de inmigrantes más numeroso al que se les ha concedido la nacionalidad española en esta provincia son los marroquíes, casi un millar. En 2009 y 2010 fueron, sobre todo, colombianos a quienes se les reconoció como españoles. El siguiente lustro, principalmente a bolivianos y ya desde 2013 hasta 2022 Marruecos ha sido el principal origen de los extranjeros a los que se les ha reconocido la ciudadanía.

«La nacionalidad es un derecho para las personas que cumplen unos determinados requisitos y en los últimos años se le ha concedido más a inmigrantes iberoamericanos porque estos tienen que esperar un menor tiempo para adquirirla. Sólo se le piden dos años de residencia legal», explica la responsable de migración de Cruz Roja Salamanca, Montserrat Hernández. «En referencia al gran número de personas de Marruecos que la han recibido, el dato responde a una migración de origen marroquí afincada desde hace muchos años en España porque estos ciudadanos tienen que esperar diez años para obtenerla. Se trata de personas que llegaron a finales de los años noventa y principios de este siglo», añade.

Residencia por arriago

Para conseguir la nacionalidad es necesario haber residido previamente de forma legal en España durante como mínimo un año. Por ello, antes se requiere haber obtenido la autorización de residencia. Desde 2005 el principal motivo para su concesión es el arraigo, ya sea por motivos sociales, familiares, laborales o de formación. La concesión de este tipo de permisos también se ha multiplicado en la provincia hasta pasar de las 65 autorizaciones otorgadas en 2018 hasta las 775 contabilizadas el pasado año y acaparadas principalmente por colombianos, peruanos y hondureños, que tienen más dificultades que otras nacionalidades para obtener el permiso de residencia por razones de protección internacional, que sí se agilizó al máximo, por ejemplo, en el caso de los ucranianos.

«El incremento tan vertiginoso de las autorizaciones de residencia tiene que ver con un cambio legislativo de 2022 que amplía las opciones que tienen las personas para solicitar el arraigo», explica Montserrat Hernández. «Además de ampliar el arraigo familiar, se establecieron nuevas fórmulas, como el de formación o el laboral. Es decir, los extranjeros que ya estaban en situación irregular tienen más caminos para acceder, por lo tanto son más las personas que pueden optara ello. No es que se estén abriendo puertas. Se está regularizando gente que ya vive aquí. Solo se les está facilitando el acceso a la regularización documental que abre las vías para su autonomía, para la búsqueda de empleo, para cubrir de manera autónoma sus necesidades básicas y para no depender de las organizaciones o del sistema de protección social », explica la trabajadora de Cruz Roja Salamanca.

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No obstante, hasta conseguir el permiso de arraigo los inmigrantes pasan en Salamanca una media de dos años y dos meses viviendo «sin papeles», sin poder optar a un trabajo. Este tiempo en situación irregular es hoy mucho menor que en la prepandemia, concretamente se ha reducido a una cuarta parte ya que en 2019 era casi de nueve años.

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