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Además del ahorro de costes logísticos y de la reducción de emisiones, la apertura de una autopista ferroviaria conlleva la reducción del tráfico pesado de las carreteras. La estimación de Adif es que tanto el corredor de Salamanca a Vitoria (Jundiz) como el que conectará el Puerto Seco con Valencia a través de Madrid absorban un 12 % del tráfico de camiones que circulan actualmente por la A-62 y la A-50. En la Autovía de Castilla supondría eliminar cada día 177 vehículos pesados con remolque o semirremolque, y otros 60 en la carretera que conecta con Ávila, según los cálculos realizados por el Ayuntamiento de Salamanca.
Actualmente el semirremolque que presenta más interés, según Adif, para ser transportado sobre plataformas o vagones especiales por la red ferroviaria es el denominado P400. Tiene cuatro metros de altura en la esquina superior y 4,10 en la parte central. Por este motivo, la primera intervención en el tramo entre Salamanca y Medina del Campo consistirá en adaptar toda la infraestructura a este gálibo P400. Con ello, se podrían ya empezar a ofrecer uno o dos servicios diarios por sentido de trenes habilitados para transportar este tipo de remolques.
En una segunda fase, según recoge la solicitud presentada por el Consistorio al ente público dependiente del Ministerio de Transportes, serían necesarias otras actuaciones, como la ampliación de los apartaderos para permitir trenes de hasta 750 metros y la electrificación completa de tramos estratégicos. Con todo ello sería posible ir incrementando progresivamente las frecuencias diarias de este tipo de trenes. La meta sería llegar en la autovía Salamanca-Vitoria a un máximo de seis convoyes diarios de 550 metros, cada uno de los cuales tendría capacidad para 30 semirremolques P400. Y en el corredor Salamanca-Madrid-Valencia se pretende habilitar dos trenes diarios de la misma longitud y capacidad.
En cuanto a los costes, el trasvase de estas mercancías que actualmente se transportan por carretera al ferrocarril supondría un ahorro de hasta un 78 %. Según las estimaciones que expresa el Consistorio en su solicitud, el gasto por carretera es de 5,05 céntimos de euro por tonelada y kilómetro, mientras que si se hace mediante un tren diesel es de poco más de un céntimo (1,24). Pero en el caso de un convoy eléctrico, el coste se reduce más todavía, concretamente a 0,66 céntimos de euros.
Por otra parte, se produce una reducción significativa de la contaminación. El nivel de emisiones de la carretera respecto al ferrocarril es 4,9 veces superior. Así, el cálculo del Ayuntamiento es que por cada tonelada que se transporta en camión se lanzan al entorno 177 kilos de dióxido de carbono en el trayecto desde Salamanca hasta el Norte de Europa, concretamente hasta el puerto de Le Havre, que es el destino que llevarían muchas de las mercancías de la autopista Salamanca-Vitoria, mientras que en ferrocarril serían solo 36. En el caso del corredor a Valencia la diferencia es de 62 kilos de dióxido de carbono (78 frente a 16 por tonelada).
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