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Justin Matheny, conocido en Instagram como 'justinboar', donde crea contenidos sobre viajes, ha visitado España recientemente en una apasionante ruta de norte a sur que dio comienzo en marzo en Baqueira y terminó a finales de mayo en Ibiza.
El influencer visitó prácticamente todo el territorio nacional a excepción del norte cantábrico, disfrutando en su recorrido de la laguna rosa de Torrevieja, del osario de calaveras de la iglesia de Wamba y, por supuesto, de la belleza monumental de Salamanca.
Aunque en la capital charra se sorprendió primero con una situación «hilarante» que con la inmensa variedad arquitectónica del centro, ya que a su llegada se encontró nada más y nada menos que con un niño que se había caído a la fuente del Maestro Salinas, situada junto a la Casa de las Conchas.
Introducía este peculiar momento describiendo Salamanca como «una ciudad muy bonita, llena de estudiantes, celebraciones de boda y...», proseguía en otra historia de Instagram diciendo, «este niño que se cayó en la fuente mientras pasaba por allí. Lo siento, pero cosas como esta son parte de la infancia y creo que son hilarantes. Él pensará lo mismo dentro de no mucho».
Acto seguido publicó también en historias un vídeo en el que se podía ver a varios adultos intentando sacar al niño de la fuente. Aunque este no fue el único hecho que sorprendió al creador de contenido, también le resultaron chocantes algunas cosas que «parecían fuera de lugar».
Matheny se refería a las figuras del astronauta y del demonio comiéndose un helado que aparecen en la fachada de la Catedral Nueva: «Nada es más confuso para un arqueólogo o un historiador que los viejos misterios, misterios que ahora son en sí mismos partes de la Historia», escribía en clave de humor el influencer.
Más tarde explicaba que estos elementos se habían aportado más tarde pero le hacía gracia pensar que en 500 años, cuando esté «probablemente enterrada bajos escombros nucleares», este dato genere «gran confusión y un estudio masivo».
De hecho, en 1992, durante la celebración de la exposición Las Edades del Hombre, se tomó la decisión de restaurar la puerta que estaba en un estado de deterioro significativo, y como generalmente se suelen colocar elementos representativos de la época, el cantero Miguel Romero decidió labrar un astronauta.
En definitiva, a Justin le encantó la ciudad y quedó impresionado con sus múltiples curiosidades, entre ellas, que sea «el hogar de una de las universidades más antiguas del mundo».
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