Enrique López-Poveda en su despacho del Instituto de Neurociencias de Castilla y León. INCYL

Importante investigación de la Universidad sobre la adaptación al ruido y la pérdida de audición

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Un estudio revela que la adaptación al ruido de fondo es clave para la comprensión del habla en personas con pérdida de audición

Miércoles, 22 de enero 2025, 10:12

La comunicación verbal es clave para las relaciones sociales en un escenario global donde la pérdida auditiva afecta a millones de personas y tiene un impacto negativo en muchas áreas, incluida la inteligibilidad del habla. Los individuos con pérdida de audición tienen más dificultad de lo normal para conversar en ambientes ruidosos, a pesar de la ayuda de audífonos o de lo elevado del volumen del habla.

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Por ello, la comunidad científica investiga desde hace tiempo la causa de este déficit con el objetivo de encontrar nuevos algoritmos de procesamiento del sonido que mejoren la comprensión del habla en ruido de los usuarios de dispositivos de ayuda para la audición.

Recientemente, el último proyecto de investigación dirigido por Enrique López-Poveda, catedrático del Área de Otorrinolaringología de la Universidad de Salamanca adscrito, además, al Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL) y al Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL), demostró que esta dificultad está determinada en gran medida por la capacidad de las neuronas auditivas para adaptarse al ruido de fondo, «la adaptación deficiente a los ambientes ruidosos contribuye significativamente a la inteligibilidad del habla en las personas con problemas de audición», explica el investigador a Comunicación USAL.

El puntero trabajo en neurociencia auditiva desarrollado por el grupo de investigación de la USAL, con la participación destacada de las científicas Miriam I. Marrufo-Pérez, Milagros J. Fumero y Almudena Eustaquio-Martín, acaba de ser publicado en Scientific Reports, del Grupo Nature, y sus resultados son concluyentes, «la adaptación deteriorada al ruido de fondo puede contribuir hasta en un 10% a la pérdida de los umbrales de recepción del habla en oyentes con discapacidad auditiva».

Además de constatar que, efectivamente, las personas con hipoacusia perciben el habla distorsionada o degradada, lo que les repercute en ser menos capaces de usar las señales acústicas en una conversación, más aún en contextos ruidosos, el estudio identifica ahora un nuevo factor determinante para la comprensión del habla que no había sido abordado especialmente en la literatura científica.

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Hasta la fecha, se pensaba que la dificultad extraordinaria de las personas con hipoacusia radicaba principalmente en que los sonidos del habla se representaban peor en el cerebro auditivo. En palabras del catedrático en Otorrinolaringología, «este trabajo ha permitido entender que no solo importa esta mala representación, sino el impacto del ruido y, aún más, cómo se adapta el cerebro al mismo».

Cabe recordar que las neuronas auditivas adaptan su rango dinámico de funcionamiento al entorno ruidoso en el que se produce la escucha. Por lo que, entre otras cuestiones, la nueva investigación hace patente que, a partir de ahora, «será primordial averiguar cuáles son y si están dañados los mecanismos que permitirían la escucha en ruido, así como determinar cómo se adaptan a él las neuronas».

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Así, el hallazgo de la USAL es importante en la medida que «ayuda a comprender la naturaleza y la causa de las dificultades comunicativas de las personas hipoacúsicas para mejorar las técnicas de diagnóstico y su tratamiento», subraya.

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