Guiris al son de la dulzaina y los tamboriles en Salamanca

Una veintena de extranjeros contemplan con caras de asombro y extrañeza cómo Berna Pérez, armado de dulzaina y tamboril, toca una canción charra. Así comienzan las clases de la segunda edición sobre folclore tradicional que organiza el Ayuntamiento. La actividad, que cuenta con tres clases prácticas durante este mes, está dirigida a estudiantes de español matriculados en los cursos de la Universidad de Salamanca, Universidad Pontificia o en las 17 escuelas idiomáticas salmantinas.

El propósito es “transmitir como era la vida hace años tanto en Salamanca como en su provincia”, explica Carmen Ballesteros, de Salamanca Ciudad del Español. Las clases son impartidas por tres folcloristas: Berna Pérez, Marta Moreno y Sergio Martín. Los profesores se enfrentan al reto de hacerles participes de una pequeña “excursión” por toda la provincia charra, a la vez que enseñan en una escasa hora y media bailes, tradiciones, música, vestimenta y sobre todo, hacer entender ese “humor seco” tan salmantino.

A la iniciativa se suman otras actividades complementarias como repostería tradicional o visitas teatralizadas a monumentos. Todas logran una inmersión real y total en el idioma. Este tipo de cursos favorece positivamente a una clase de viajeros que como media se hospedan 2-3 semanas en la ciudad y generan una economía imprescindible para la capital.

Nicholas Sooted, un joven americano de 17 años, se ha desplazado a Salamanca porque considera que aprender español “es muy importante y me ayudará a recibir créditos de la universidad, además estoy muy interesado en aprender más de la cultura española”. Ingrid Ida, de Austria, desde hace diez años viaja cada verano junto a su marido a la ciudad charra.

“Queremos aprovechar la oportunidad de formar parte de la cultura salmantina y conocer sus costumbres y su gastronomía”, explica.