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El teniente Cepa, líder de la misión que el Regimiento de Especialidades de Ingenieros nº 11 ha llevado a cabo recientemente en Letonia. LAYA
Guillermo Cepa, teniente del REI 11: «En la vida militar, no paras de progresar, pero siempre mantienes unas tradiciones»

Guillermo Cepa, teniente del REI 11: «En la vida militar, no paras de progresar, pero siempre mantienes unas tradiciones»

Ha liderado la misión del Regimiento de Especialidades de Ingenieros nº 11 a Letonia

Elena Martín

Salamanca

Lunes, 15 de enero 2024, 16:07

A más de 3.500 kilómetros de casa y con la melancolía que, día tras día, les producía el tener que estar durante seis meses lejos de sus familias, pero con las ganas de seguir formándose intactas e in crescendo. No todos los días uno tiene la oportunidad de viajar hasta el frío Báltico para liderar una misión militar. A Guillermo Cepa, teniente del Regimiento de Especialidades de Ingenieros nº 11, situado en el Acuartelamiento General Arroquia de Salamanca, este 'tren' le llegó de forma totalmente inesperada. No podía dejarlo escapar. No dudó en ponerse al frente de la expedición con destino Letonia con el objetivo de cumplir los cometidos de España con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) junto a otros 30 compañeros.

¿Cómo fueron sus inicios en el mundo militar? ¿Entró en él por vocación?

—En mi caso, no tengo familia militar. Hice el Bachiller y, cuando estaba terminando, después de haber tirado por la rama científica, no sabía muy bien qué hacer. Después de ir a una exposición que había en Madrid, empezó a llamarme mucho la atención Ingeniería. Entonces, vi el estand de las Fuerzas Armadas, vi que me ofrecían una profesión bonita y decidí probar. Entré en la Academia General Militar de Zaragoza, de la que salí en 2019, y conseguí mi primer destino en este cuartel, donde ahora soy teniente.

¿Cómo se prepararon para llevar a cabo la misión?

—Nos preparamos desde el mes de enero hasta junio del año pasado. Durante todo este tiempo, tuvimos que hacer varias maniobras alfa. En junio, salimos dirección Letonia junto a los que fueron desde la Brigada Guadarrama XII (El Goloso) de Madrid.

¿Cuántas personas viajaron a Letonia? ¿Con qué objetivo se llevó a cabo la misión?

—Desde el Regimiento de Especialidades de Ingenieros nº 11, salió una sección integrada por unos 30 militares. El objetivo principal de la misión, a nivel nacional, se centró en la disuasión y en la defensa. Lo que se quiere conseguir en los países bálticos es que se vea que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tiene fuerzas en esa parte del planeta.

¿Qué fue lo más difícil y lo más fácil de partir a Letonia para cumplir estos objetivos?

—El estar lejos de nuestras familias, de nuestros amigos y, en general, de nuestro país. Como responsable de mi gente, siempre intentaba estar pendiente de todos y cada uno de los militares que viajaron desde el Regimiento de Especialidades de Ingenieros nº 11. Lo mejor era que nos apoyábamos entre nosotros. Respecto al tema internacional, he de decir que el inglés es un básico. Comunicarnos con otros países era difícil por este motivo. Necesitabas hablar inglés y, al final, cada país tiene su forma de trabajar. Una vez que estás allí, tienes que hacer todo lo posible para que, durante la misión, todas las unidades estén cohesionadas. Por eso, trabajábamos cada día en conocer lo que hacían otras compañías.

¿Qué es lo primero que hacían cada mañana?

—Nuestro horario estaba dividido en dos turnos. El primer turno fue de junio a septiembre. Durante todo este tiempo, nos levantamos a primera hora de la mañana, hicimos deporte, ensayamos, trabajamos en nuestras maniobras o en las distintas actividades en las que colaborábamos con otros países... Después, comíamos y, hasta las 18:00 horas, trabajamos en los actos, en las exposiciones o en las visitas que podíamos recibir de distintos mandatarios o de distintas personalidades de Letonia.

Volvamos al inicio de todo. ¿Qué sintió al ser el elegido para ponerse al frente de la misión de Letonia?

—Al final, en tu vida militar, siempre te estás preparando con el objetivo de salir fuera. Para mí, fue la mejor oportunidad que he tenido. Ha sido un orgullo poder representar a mi regimiento en otro país.

¿Qué le ha aportado esta experiencia?

—La misión en Letonia me ha permitido conocer a más gente y aprender a trasladar mis conocimientos a otras personas de otros países y de otras unidades. Ha sido muy gratificante.

¿Cómo vivió aquella oportunidad? ¿Podían comunicarse con sus familias a lo largo de la misión?

—Lo bueno de que fuese en Letonia fue que viajamos a un país europeo y que no tuvimos problema alguno a la hora de comunicarnos con nuestras familias. Yo lo hacía a través de WhatsApp, a través de llamadas... Esta misión te permite, una vez terminadas las maniobras principales, tener un permiso de 90 horas y moverte, en ese tiempo, con total seguridad alrededor de Riga, que es la capital. Poder salir de la burbuja, desconectar, no vestir uniforme... Eso era algo que ayudaba y mucho.

¿Qué es lo que más le gusta de su profesión?

—Yo llevo cinco años siendo teniente. En esta profesión, vas evolucionando, vas cambiando de unidades, vas cambiando de sitios... Durante todo ese tiempo, refuerzas la idea que tienes de una sección o de una compañía. Siempre hay una progresión, pero también mantienes unas tradiciones. Lo que menos me gusta de la vida militar es que, al final, yo estoy lejos de mi familia. Yo soy de Madrid y estoy lejos de mis padres, de mis amigos... Estoy muy contento de vivir en Salamanca, pero me gustaría verles más.

¿Le gustaría embarcarse en la aventura de vivir otra misión?

—Sí. Espero hacerlo. En mi caso, ya tengo que dejar atrás mi empleo de teniente. Pasaré a ser capitán y ya no mandaré lo mismo. Pasaré de mandar en una sección a mandar en una compañía, pero espero y quiero salir, en un futuro, de misión. Una de las características de las misiones que vives como militar es que estás enfocado en tu trabajo al 100% y que vas mejorando con todo lo que vives. Ganas experiencia y te vas haciendo mejor.

¿Qué expectativas tiene a corto y a largo plazo dentro de su profesión?

—Mi objetivo es volver a este regimiento como capitán. Me gustaría mandar en una compañía del Regimiento de Especialidades de Ingenieros nº 11. Me ha gustado mucho formar parte de él y estoy muy contento aquí. Me gustaría seguir formando parte de él.

¿Qué país le gustaría visitar después de Letonia?

—Cualquier experiencia con el regimiento sería gratificante. Al final, son oportunidades que no puedes dejar escapar. Tengo compañeros que han viajado a La Antártida y lo veo como una experiencia única. Allí, llevan a cabo un batallón de castramentación y un batallón de caminos. Me gustaría tener una oportunidad así para aprender cosas como las que he aprendido en Letonia, donde he coincidido con otros compañeros y he podido conocer distintas ramas como la infantería, la caballería o la artillería.

¿Qué hicieron justo antes de volver? ¿Qué fue lo primero que la expedición hizo al llegar a Arroquia?

—Antes de volver, tienes que dejar todo listo para que haya un buen relevo y para que las personas que te van a sustituir lo hagan de la mejor forma posible. Al llegar, estuvimos con nuestra familia y con nuestros amigos. Aprovechamos un tiempo para desconectar y para volver con las pilas cargadas al cuartel cuando tocó.

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