Salamanca
Domingo, 16 de julio 2023, 13:37
Jimena Dueñas, una joven estudiante de Biología, no se considera una fanática de las setas, sin embargo, cuando su tutor le propuso hacer su trabajo de fin de grado sobre el tema no lo dudo: «Me pareció que podía ser una forma distinta de hacer un TFG, no tanto desde la teoría, sino más desde la práctica. Para mí, que no era una gran aficionada al tema, la diversidad de hongos que tenemos en la provincia me sorprendió. La variedad de setas fue todo un descubrimiento», señala la joven.
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El proyecto que se le propuso consistía en generar un banco de imágenes de las distintas especies de hongos que se pueden encontrar en Salamanca para que, tanto profesionales como aficionados, pudieran reconocerlos. «La finalidad principal era ayudar a identificar las variedades desde un espacio universitario, pero las imágenes puede ser útiles para cualquier persona interesada », comenta Dueñas.
La textura, la forma, el color, las características del tallo... lo que diferencia a un hongo del otro puede estar en lo más mínimo y se necesita un ojo clínico para no pasarlo por alto. «En principio era más sencillo porque tenía pocas especies para comparar, pero cuanto más trabajaba, más amplia era la base de datos y más complicado era agregar una nueva. Sin embargo, cuanto más lees más aprecias las diferencias. A simple vista es muy difícil saber si un hongo es de una especie o de otra, pero si te paras a ver las diferencias notas que no son lo mismo. Lo que yo hacía cuando cogía una seta era que, aunque creyera que ya la había visto antes, no la descartaba inmediatamente, sino que me paraba a ver los detalles. A veces resultaba que sí era una que ya había catalogado, pero en muchas otras ocasiones al observarla con cuidado me daba cuenta de alguna pequeña diferencia. Un detalle mínimo, pero que me demostraba que era una especie distinta. Entonces lo fotografiaba y anotaba sus características», señala.
Así, afinando el ojo y tras cinco meses de esfuerzo, Jimena logró fotografiar casi 200 especies de hongos. «Fue mucho trabajo, primero había que ir al campo a buscar las setas, clasificarlas y ver las diferencias que tenían con las que ya había recopilado. Luego, había que hacer la edición de las fotos y la descripción de cada una de ellas. Tuve que dedicarle mucho tiempo, pero para la cantidad de hongos que se lograron identificar, considero que no fue tanto», señala la estudiante orgullosa de su trabajo.
El recurso se ha integrado a la galería de imágenes Imaguinarium, una iniciativa creada hace doce años por la biblioteca de Biología y Biotecnología de la Universidad de Salamanca y que es utilizado habitualmente con fines docentes.
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