Guardias civiles camuflados entre los moteros para reducir la siniestralidad en Salamanca

Cinco motoristas perdieron la vida en las carreteras salmantinas en el año 2023. Dos más que el balance oficial de la Dirección General de Tráfico (DGT) (3) al incluir los fallecidos como consecuencia de las lesiones en el Hospital. Después de un año nefasto para los moteros en lo que a cifras de siniestralidad se refiere, la DGT incluirá motos de la Guardia Civil camufladas entre ellos por la provincia.

Además de la instalación de ocho nuevo radares, dos fijos y seis de tramo, en Castilla y León, el nuevo plan de choque de la DGT para reducir la siniestralidad en las carreteras integra campañas especiales de vigilancia para colectivos concretos y vulnerables como motoristas y conductores de vehículos de transporte profesional. Por ello, se espera un aumento de los controles de alcohol y drogas a estos conductores ante el notable crecimiento de siniestros protagonizados por este sector de la población. Así como acciones para incrementar la seguridad de los motoristas a través de campañas de concienciación, prevención, control y vigilancia por parte de agentes de la Guardia Civil. Por lo que la DGT pondrá en funcionamiento motocicletas infiltradas de la Agrupación de Tráfico del Instituto Armado. Según fuentes de la Subdelegación del Gobierno enSalamanca, se prevé que roten dentro del Sector de Tráfico de la Guardia Civil de Castilla y León, aunque todavía no habrían llegado a Salamanca.

Al parecer, estos vehículos son oficiales, pero carecen de rotulación. Es decir, que a simple vista parecerían motos particulares, y no llevarían ningún rótulo de la Benemérita. Al mismo tiempo, los agentes que circularán con ellas tampoco irán uniformados, sino de 'paisano' y con ropa de calle para no ser reconocidos por los conductores.

De los 119 fallecidos en accidentes de tráfico en 2023 en la comunidad, los usuarios vulnerables representaron el 29% de los fallecidos (35), de los que 21 viajaban en moto. Por su parte, el 100% de los motoristas y ciclomotoristas fallecidos sí llevaban puesto el casco, según la Comisión Autonómica de Tráfico.

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