Gran exhibición automovilística y cargada de solidaridad en el Día del Guardia Urbano

Una gran cita para los amantes del mundo del motor. Eso es lo que se ha vivido en la mañana de este domingo en la Plaza Mayor, el escenario en el que decenas de salmantinos y turistas han podido disfrutar de la exposición de casi 200 vehículos clásicos, de distintas épocas y de distintas marcas, con la que se ha rememorado la figura del guardia urbano de décadas pasadas y se ha promovido la importancia que tiene el mostrar solidaridad con las personas que no tienen recursos.

Esta concentración navideña, que lleva celebrándose un total de 26 años, ha sido organizada, como todos los años, por el Automóvil Club Salamanca, en colaboración con el Ayuntamiento de Salamanca y el Museo de Historia de la Automoción de Salamanca, y goza de carácter solidario, teniendo en cuenta que, en ella, se han recogido distintos productos con los que se podrán satisfacer las necesidades que, a día de hoy, tienen las Hermanitas de los Pobres en Salamanca.

Pero la solidaridad no queda ahí. La XXVI celebración del Día del Guardia Urbano también ha mostrado la labor de Pyfano. Un total de 32 familias han podido ser protagonistas, junto a sus pequeños, del 'paseíllo' de coches que ha tenido comienzo en María Auxiliadora y que, finalmente, ha terminado con la muestra de los vehículos en la Plaza Mayor. El presidente del Automóvil Club Salamanca, José María Herrero, ha resaltado la valiosa labor que se desarrolla en la asociación para apoyar a los niños con cáncer y a sus familias.

Sor Pilar, portavoz de las Hermanitas de los Pobres en Salamanca, ha mostrado su agradecimiento «de corazón» ante la organización de esta iniciativa. «Estamos muy emocionadas y muy agradecidas. Es una iniciativa solidaria preciosa. Las 75 personas que viven en nuestra casa podrán disfrutar de una Navidad feliz gracias a los salmantinos», ha asegurado, recalcando que, entre los bienes que las Hermanitas de los Pobres necesitan en la actualidad, figuran la leche, los yogures, el azúcar, el aceite de girasol o los fideos. Además, ha hecho un llamamiento a la vocación para garantizar la asistencia digna a los usuarios de las Hermanitas de los Pobres: «Si no fuera por la plantilla de empleados que nos ayudan a cuidar a los ancianos que no tienen recursos, sería imposible garantizar la buena atención que damos. Necesitamos a gente con vocación. Necesitamos a gente joven que quiera entregar su vida a Dios y a la solidaridad. Apenas somos 11 monjitas, de las cuales, dos tienen que ser atendidas y la más joven tiene 74 años».

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