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Miércoles, 15 de junio 2022, 15:34
Los cambios que ha impuesto el coronavirus tanto en la sociedad como en la gestión pública para favorecer la actividad hostelera han propiciado un incremento del 30% de las terrazas de todo el año en la ciudad de Salamanca en comparación con el inicio de la pandemia. En la actualidad son 486 los establecimientos con licencia para instalar sus veladores de forma permanente, según los datos del Ayuntamiento, frente a los 377 de julio de 2020.
Este incremento ha ido en detrimento de las licencias de apertura parciales, las que se concentran entre el 1 de mayo y el 30 de septiembre, que ha caído un 31% hasta las 149. En cuanto a cifras globales, la inclinación de los negocios por las zonas exteriores sigue creciendo y este verano ya son 635 las terrazas que estarán abiertas al público, 41 más que hace dos años. El número de espacios con veladores está incluso por encima de las cifras previas a la covid, en concreto son 41 más que durante el ejercicio de 2019, a falta de que se corrijan las últimas bajas de establecimientos y que se incorporen las licencias de los que están esperando el permiso de actividad, tal y como apuntan fuentes del Consistorio.
Por tanto este será más que nunca un verano de calle en la capital salmantina. No cabe duda de que las bonificaciones del Ayuntamiento a las licencias han supuesto un revulsivo para los empresarios.
A esto se une que la pandemia ha cambiado las costumbres de los clientes, especialmente en la capital del Tormes, pero también del resto de España. Así lo constata al presidente de la Asociación de Hostelería de Salamanca, Jorge Moro.
“El motivo de este aumento es un cambio social, está claro. Los hosteleros entienden que la gente quiere estar en la calle. Desde la pandemia buena parte de nuestro público aún no ha cambiado el chip y no quieren el consumo en interior”, subraya Moro. Dado que se espera que tras el verano puedan volver a resurgir nuevas oleadas de contagios, y ante el temor de que se puedan producir nuevas restricciones de actividad en el interior de los locales, contar con espacios de atención exterior también supone una garantía para mantener la actividad y evitar cierres de locales.
Se une a que las terrazas están mejor acondicionadas que antes de la covid, muchas de ellas con cortavientos, estufas e incluso mantas para protegerse del frío en los meses de invierno. “El consumo en las terrazas ya es una forma de vida. Esto ocurría en otras zonas de Europa y Salamanca ya no es menos”, añade Moro. Que la actividad se extienda cada vez más al exterior también implica que los hosteleros tengan más facilidades para mantener los puestos de trabajo, especialmente de los contratados para atender las terrazas.
En este sentido, cabe destacar que en las últimas semanas algunos bares de la ciudad han ampliado sus terrazas ocupando plazas de aparcamiento aledañas. Según fuentes de la Asociación de Hostelería de Salamanca, el motivo es que han recuperado parte del espacio de licencia que habían decidido reducir al considerar que hasta que no llegara el buen tiempo no tendrían suficiente trabajo, por lo que apostaron por liberar parte de ese espacio.
En relación a esta ocupación, la comisión formada por el Consistorio y la agrupación de hosteleros acordó durante su última reunión que los bares que ocupen las plazas de aparcamiento tendrán que pagar la tasa correspondiente, como se hacía antes de la covid. Además, no podrán instalarse en estos espacios de cualquier forma, ya que en las calles con bordillo deberán colocar tarimas para igualar la altura con la acera, así como paravientos y vallas en el perímetro que limite con la calzada como medida de protección.
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