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Salamanca dio un notable salto hacia adelante el año pasado para situarse entre las ciudades más verdes de España. El incremento de estos espacios experimentó uno de los mayores avances de los últimos tiempos en términos interanuales al elevarse un 8%.
Dentro de este salto hay que destacar la telegestión del riego en Salamanca. Una de las zonas en las que se utiliza se encuentra en el paseo Ignacio Ellacuría, en el entorno de los huertos urbanos. Tantos las zonas verdes como los terrenos de siembra están monitorizadas para optimizar los recursos, la electricidad y, sobre todo, el consumo de agua. De esto sabe mucho Lucía Trinidad Torres, la encargada del mantenimiento de los espacios verdes de huertos urbanos. A través de la pantalla de su ordenador tiene acceso a la gestión de 190 puntos de riego repartidos también por Lasalle y Tejares.
Explica que el programador por sí solo ya supone un importante ahorro de agua, ya que permite ajustar los tiempos de riego y el momento más adecuado del día. Pero el sistema que usa Salamanca además añade la capacidad para detectar la lluvia y suspender ese día la aspersión. «Cuando el pluviómetro acumula suficiente agua como para compensar el riego, lo anula», detalla Lucía. Algo que también ocurre durante los días de viento muy fuerte para evitar que el agua se disperse y no llegue a las zonas que tiene que humedecer. «Otra de las peculiaridades del programa es que avisa a cualquier hora de las posibles averías en los puntos de riego», detalla la responsable, que puede consultar esta información incluso desde su casa.
Esto posibilita arreglar las incidencias de forma más rápida e incrementa la eficacia, ya que una persona puede gestionar prácticamente todo el sistema. «Da información sobre el tipo de fallo, la fecha y el lugar donde se encuentra». Estos puntos de riego funcionan de forma autónoma gracias a baterías que pueden durar entre dos y cinco años. Cuando se agotan, también envían una notificación para sustituirlas. La comunicación entre el centro de control y los puntos de riego se lleva a cabo a través de una antena ubicada en la lonja de los huertos, que envía las órdenes a través del satélite a cada una de las localizaciones, una comunicación que cuando se registran incidencias se aborda de forma inversa.
«Otra capacidad importante del sistema es que puedo programar tres zonas de riego a la vez, en este caso la de los huertos, los corredores verdes y las zonas de Tejares en función de las necesidades de agua de cada una de ellas», aclara la encargada. El modelo de programación para el riego se incluye dentro de un programa piloto que se pone en marcha con energías renovables, en concreto con placas fotovoltaicas y baterías que activan el bombeo del agua, que se capta directamente del río Tormes. Además, otra serie de placas genera electricidad para la nave de aperos y para el sistema de alumbrado público de la zona. «De los 365 días del año puede que no produzcan energía suficiente cuatro o cinco, la verdad es que es muy eficiente», explica Lucía.
El bombeo también sirve para llenar un depósito de emergencia, para que la zona no se quede nunca sin agua. «La verdad es que me siento una privilegiada por trabajar en este proyecto piloto que incluye praderas naturales y riego subterráneo. Además nos permite tener hasta 10 alumnos en formación dual», concluye.
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