«Es frustrante, mis más de 20 años de experiencia en el comercio no se valoran»

«A veces sientes frustración. Tienes que convencerte a ti misma de tu validez». «Cuando paseo por Salamanca, observo y miro las tiendas, que es donde yo he trabajado siempre, me encuentro un perfil de trabajadoras muy jóvenes. La experiencia en el trato con el cliente no se valora pese a que los clientes de Salamanca son personas mayores, a las que les gusta una buena atención». Así, explica Yolanda —que prefiere no dar su apellido ni mostrar su rostro— sus sensaciones ante las serias dificultades con las que se ha topado tras la pandemia para encontrar un empleo en el comercio, un sector en el que trabajó más de veinte años.

Es una de las más de dos mil mujeres mayores de 45 años que buscan empleo en la provincia desde hace más de dos años. Ante los complicados momentos que vivió en la pandemia, no solo se quedó sin empleo sino que regresó a Salamanca, la tierra de su madre, para emprender una nueva vida. Desde finales de 2020 no ha vuelto a estar dada de alta en la Seguridad Social y sale adelante gracias a sus ahorros, las clases de español para extranjeros que ofrece online y a las gestiones que realiza para encontrar familias de acogida a estudiantes extranjeros que llegan a la ciudad. A sus 52 años, continúa formándose. Apoyada por el área de empleo de Cruz Roja, está haciendo cursos de redes sociales e inteligencia artificial. Pero, pese a sus inquietudes formativas, la oferta laboral que espera no acaba de llegarle.

«El 20 % de las personas atendidas por Cruz Roja son desempleadas de larga duración. Atenderlas es uno de los focos de Cruz Roja al entender que el tiempo en desempleo reduce la motivación para buscar empleo y para la formación, así como la intensidad y la frecuencia de la búsqueda y tiene consecuencias sociales, económicas, personales, sociales y familiares», apunta José Vaquero, director del área de Empleo de Cruz Roja en Salamanca. «El desempleo de larga duración produce aislamiento social y perdida de contactos profesionales; cambios en el estilo de vida, con consecuencias psicológicas negativas que detectamos como disminución de autoestima, depresión, ansiedad, sentimiento de vergüenza o culpa, sensación de fracaso, desvalorización, inseguridad, incertidumbre», explica el técnico de la organización humanitaria, que diseña itinerarios integrados y personalizados para cada una de las personas en esta situación que acuden a ella.

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